Calma. Al conductor de las torpezas no se le dio todavía por crear un movimiento seguidor de sus exóticas remeras. Se trata de la suerte de casta sanjuanina que el jueves y viernes pasados veneró la herencia ideológica y musical de Bob Marley. Una comunidad anti sistema -sorprendentemente con predominio de teens- que se concentró en Ranqueles como fuerte combativo. Esa podría ser una suerte de rayos X de los que se nuclearon en el boliche para ver a Restistencia Suburbana, a Nopalidece y a varios grupos invitados. La afluencia de público -más de 1.500 personas las dos jornadas- reveló a una tribu urbana que persiste y prolifera en la provincia a la par de su profesa rebeldía -"nos revelamos contra los políticos, los ladrones y los que tienen el poder", aseguraran sus convicciones-. Son como trotamundos pacíficos, pregonan un etéreo mensaje amoroso -la legendaria "paz y amor" woodstockiana-, distinguen las bondades de la naturaleza, se mancomunan para construir un mundo ideal y emanan -en su mayoría- prolongado tufo cósmico (los persigue la sombra del cannabis, leer más abajo).
"Gracias a Bob Marley nosotros estamos acá. El fue el creador de todo. Sacó un montón de pañuelos en los ojos de la gente y lamentablemente muchos se oponen a esa libertad", meditó Colpa (27), un malabarista que se sustenta de "todo lo que brinda la Pachamama" y -en medio del frenesí grupal de canciones- de "birra" y fernet. Al igual que la mayoría, el jovencillo lució sus rastas o dreadlocks y demostró que su porte -que se asemeja a una medusa humana-, es un arte identitario del género, sobre todo por su dedicación, su significado cultural y el compromiso que simboliza.
"Ojo. Rasta son las trenzas y rastafari es una religión africana", aclaró Lautaro Mendoza (29) mientras compraba el CD "Contesta" de Tu Kalavera, que reza letras como "Por fumar no me dan trabajo, por fumar no me aceptan, por fumar discrimina, por fumar nos persiguen" (paradójicamente el aire de Ranqueles se espesó en vuelo).
¿La colonización sonora del ska y el rocksteady rinde? "Sí. El reggae es un boom. Gusta mucho el ritmo porque es contagioso y se está instalado muy fuerte en San Juan" comentó desde afuera Ariel Videla co-organizador del festival. Y por lo que se vio, hay que creerle. Durante dos noches, la secta local de Marley evidenció su séquito vernáculo.
¿Mitos?
A los del palo del reggae los persiguen dos leyendas. Una, que le escapan al jabón. "Es un mito que hay que desmentir. Para hacerte rastas tenés que tener muy limpio el pelo y cuidarlo siempre", aseguró Gonzalo (25). La otra, que "porrean a full".
"Para mí el porro y la marihuana son palabras distintas. El porro es lo que los transas venden y te hace mal a la cabeza y la marihuana es natural y para nada dañino, incluso cura enfermedades. No hay que venderla, hay que consumirla en forma privada" aseguró Lucas (23), uno de los tantos que también escuchan a bandas argentas y precursoras como Los Cafres, Todos Tus Muertos, Los Pericos y La Zimbabwe. "Legalizar la marihuana es todo un rollo. Hay gente que quiere entrar y otra que quiere salir", concluyó Julio "Tuli" Ponciano, guitarrista de Tu Kalavera sobre un tema que para ellos no tiene nada de tabú.
