La edición en la que la Cabalgata de la Fe decidió transitar por la Senda del Peregrino en forma completa por primera vez trajo un regalo bajo el brazo. Ayer, en la 24ta travesía, el gauchaje se unió para darle el marco más convocante e impresionante en la historia de la tradicional cabalgata a la Difunta Correa. Al llegar al paraje y de acuerdo al protocolo, el jefe de tropa de la Federación Gaucha Sanjuanina anunció que intervinieron 4.250 personas a caballo y en carros con tracción a sangre, lo que desató los aplausos y la alegría de la gente. La cifra alcanzó su récord de convocatoria, al superar en 100 gauchos el registro de la edición 2011.

Curiosamente, aquel 2011 la Cabalgata de la Fe utilizó un tramo de la Senda, que recién se había inaugurado, pero el gauchaje se resistía a dejar la banquina de la ruta. Para esta edición optaron por recorrer toda su extensión y la evaluación preliminar fue positiva, informó Basilio Agüero, vicepresidente de la Federación Gaucha. Y fue por usar el angosto camino que la fila de jinetes y amazonas pareció interminable, ya que iban de a tres a la par. Además, no afectó la ruta y la caravana lució más ordenada.

Por otro lado, la columna este año tuvo como invitados al periodista Luis Ventura y a Peteco Carabajal, quienes junto al gobernador Gioja esperaron a los gauchos en el inicio del ascenso a la Cuesta de las Vacas. Pero la ansiedad del Gobernador pudo más y con sus invitados salió a encontrar a los gauchos, que venían varios kilómetros más abajo. “Me siento un sanjuanino más”, dijo Ventura, a la vez que se acomodó en la hilera cerca del intendente de la Capital. Los protagonistas de la columna ya venían a esa altura (mediodía) con mucho menos ropa de la que largaron, en la que los ponchos y las frazadas resultaron poco para contragolpear el frío. Para colmo, el puesto de mate cocido y sopaipillas que regalan unas familias tras una promesa que realizaron a la Difunta estuvo ubicado mucho más adelante que otros años, por lo que los gauchos tuvieron que esperar para probar algo caliente.

Igual, la caravana se movió en constante buen ánimo, con gritos de “Viva la Patria”, banderas argentinas, chistes y carcajadas. Las mujeres tuvieron un gran protagonismo (ver página 14) y quienes tienen sobrada experiencia en la Cabalgata destacaron que el rol de las familias cada vez tiene mayor incidencia, para desterrar el mito que es una travesía sólo para hombres.

En la Cabalgata de la Fe dedicada a las mujeres, ellas dijeron presente y dieron el gran golpe. Según Gustavo Giménez, secretario de organización de la Federación Gaucha y jefe de tropa, este año las amazonas triplicaron su promedio de participación, por lo que totalizaron unas 600. Nunca antes lograron tal nivel de convocatoria y sin dudas fueron claves para llegar al récord de convocatoria que tuvo en general la Cabalgata.
Si bien desde la Federación Gaucha dijeron que antes no habían llevado un registro pormenorizado de las amazonas, los cálculos rondaban las 200 por edición, con picos que alcanzaron a 250 aproximadamente. “Pero este año, les insistimos mucho a los delegados de cada agrupación para que sus amazonas participaran en esta edición. Y la verdad es que las mujeres respondieron. Ni a un partido de fútbol van tantas y esto tiene que ver con el ambiente familiar que hay en la Cabalgata”, apuntó Giménez.

Por otra parte, hubo una veintena de mujeres que fueron intercambiándose para llevar la bandera y el portaestandarte, por lo que la columna desde el primer día que las tuvo a ellas a la vanguardia. En esa rotación, hubo representantes de Iglesia, Jáchal, Buenos Aires y hasta de Neuquén.

Pese a las horas arriba de los caballos, las mujeres mostraron su glamour y el cuidado hasta en la ropa. Si bien hubo paisanas con vestidos largos, como las de Rodeo, la mayoría optó por bombachas de gabardina o corderoy, botas de caña alta (algunas con tacos), chalecos y camisas de colores pastel. A su vez, usaron maquillaje muy tenue.

Los detalles estuvieron en la combinación del color de los pañuelos con los chalecos o el de las botas con los sombreros. Para Emiliana Pinto, lo que no faltó en sus bolsillos fue crema de coco para los labios, a la vez que para Lilian Flores, la clave fue llevar a mano crema desmaquilladora, para combatir la tierra levantada por los cascos de los caballos.

Las mujeres, por su parte, también cumplir un papel clave pero del otro lado de la columna, manejando los vehículos de apoyo, acercando agua y alimentos a los gauchos y hasta esperando a sus hombres con los asados listos, en la llegada.