El paso previo a la sísmica consiste en la realización de estudios geológicos que marcan en el suelo distintos puntos de referencia. La sísmica consiste a su vez en la selección de una línea lo más recta posible sobre el terreno analizado sobre el cual se colocan geófonos (elementos que miden la vibración del suelo). Estos son colocados en grupos  de ocho, cada uno clavado en una pequeña estaca (diez centímetros). El camión vibro cumple la tarea de colocar una plancha sobre el suelo que emite ondas que rebotan en cada una de las capas subterráneas. La onda emitida penetra y rebota en cada capa subterránea. Finalmente la onda es captada por los geófonos y transmitida de manera inalámbrica a la caja blanca, un aparato que almacena la información de los distintos grupos de geófonos. En la sísmica 2D, el camión vibra en la misma dirección que el geófono, mientras que en la 3D la onda vibratoria corre de manera perpendicular a los geófonos. En ambos casos la vibración producida por el camión puede realizarse en dos intervalos de ocho segundos o un solo período de veinte segundos, dependiendo de factores como suelo o interferencia de sonido. La sísmica 2D permite tener una visión plana de cada una de las capas de densidad que componen el suelo hasta los 5.000 metros de profundidad. La 3D permite tener una visión global de las capas subterráneas, una información mucho más completa. En ambos casos el tiempo de realización de la tarea no es superior a una hora.