Si el hombre se inclinara más por los acuerdos que por las presiones, viviría más feliz y podría acercarse a otras fuentes del saber y de la experiencia. Se trata de un par de opuestos que se presentan constantemente y se estuvieron en la vida de personas ilustres y grupos de interés científico y religioso.

La pregunta capital sería ¿es posible acordar en muy diferentes circunstancias? Es posible porque un acuerdo es una decisión tomada en común por varias personas sobre algo que permite una relación pacífica entre ellas. De persona a persona esto es más fácil que entre instituciones, por ejemplo, porque en ellas los criterios se multiplican y para decidir hay que hacer muchas consultas para garantizar los códigos del desarrollo social.

En tanto que presionar es ejercer cierto poder sobre el otro para inmovilizarlo social o políticamente. En el campo de la política esto se ve a diario a través de ciertos condicionamientos. No se ve el daño que le hacen a la sociedad. Se sabe que se utilizan tanto las promesas (difíciles de cumplir) como las prebendas, para captar apoyos en futuras y cercanas contiendas políticas en la que se involucra a un pueblo aunque sea por intereses personales. Pero el hombre que observa con objetividad, aunque le prometan el cielo, sabe que detrás hay una intención de frenar la libertad personal. Lo dijo el escritor mexicano Marco Aurelio Almazán (1922) "la política es el arte de impedir que la gente se meta en lo que sí le importa". Una definición para recordar.

El hombre por lo general es fiel a sí mismo y encuentra en esa fidelidad cierta tranquilidad de conciencia que le permite operar sin obsesiones en los ambientes que le interesan y pertenecen. Y, esa fidelidad primaria, favorece varios aspectos de la vida más allá de las especulaciones propias o de otros porque se conecta con el interés más íntimo del ser humano. La meta puede ser explicada muy sencillamente ya que se trata de ser fiel a uno mismo sin entorpecer nada que involucre el interés de otros.

En un trabajo de conjunto la fidelidad primaria asume una gran importancia porque es el resultado de la recurrencia de vocaciones diferentes aunque con afinidades de ideales comunes. Esto último aparece como un paso natural de la vida cuando se asume que el hombre no está solo y que en el escenario de su vida aparecen todos los roles necesarios para avanzar.