La Universidad Nacional de San Juan (UNSJ) agotará todo el dinero que hasta el momento tiene de los recursos que recibe de la minería en 2 obras que actualmente se están construyendo: el comedor universitario y las oficinas de la dependencia de Salud Universitaria. El rector Oscar Nasisi destacó que una vez que estén terminadas, habrán usado los 9 millones de pesos que hay en el fondo llamado YMAD (Yacimientos Mineros Aguas de Dionisio). El dinero generó polémica en su momento y estuvo inmovilizado durante 3 años durante la gestión del anterior rector debido a que sectores internos se oponían a recibir fondos de esa actividad.

Los recursos extras son vitales para la casa de altos estudios, ya que la partida para sueldos del personal supera el 90 por ciento de su presupuesto, lo que deja prácticamente un nulo margen para infraestructura de magnitud. Por eso, la UNSJ está llevando a cabo obras con dinero que envía la Nación por fuera del presupuesto (ver recuadro) y aquellas con los fondos del YMAD. Si bien se utilizará la totalidad de esta última partida, anualmente se va alimentando, aunque Nasisi dijo que la plata de este año aún no llega. Ricardo Coca, decano de la Facultad de Ciencias Sociales y presidente de la comisión de Presupuesto del Consejo Superior, dijo que habitualmente se transfiere entre agosto y septiembre. Ambos desconocían cuánto es lo que le tocará a la Universidad, ya que la distribución depende del porcentaje de las ganancias que genere la explotación minera que lleva adelante el consorcio de empresas privadas y estatales en Catamarca. En base a los cerca de 9 millones de pesos que han ingresado al fondo YMAD desde 2009 hasta el último período, en promedio se reciben 1,8 millones de pesos. El rector estimó que del total, 5 millones de pesos llegaron en la época del rector Benjamín Kuchen, mientras que los 4 millones restantes lo hicieron durante su administración.

Desde que comenzó a recibir los recursos, en la UNSJ hubo sectores internos que manifestaron su rechazo debido a que provenían de una actividad contaminante. En agosto de 2009, el Consejo Superior decidió por mayoría aplicar parte de los fondos a la realización de un foro minero para debatir sobre la actividad. El evento se hizo un año más tarde y costó unos 400 mil pesos. Luego, en abril de 2011, todavía bajo la gestión del rector Benjamín Kuchen, el organismo legislativo votó la moción de utilizar el dinero para hacer obras y que no se usaran para gastos corrientes.

Con los recursos mineros se está llevando adelante el comedor universitario, que tiene un costo aproximado de 6 millones de pesos. El rector calculó que entre agosto y septiembre estará inaugurado el nuevo espacio que estará ubicado en el Complejo Universitario Islas Malvinas (CUIM), detrás de la Facultad de Arquitectura. El comedor propiamente dicho tendrá una superficie cubierta de 1.000 m2 y 200 m2 de superficies semicubiertas (galerías y pérgolas), más la cocina. Según Nasisi, tendrá capacidad para recibir 400 personas, lo que “servirá para darle respuestas a un montón de jóvenes que hoy están comiendo en un lugar que es muy chico”. Actualmente, el comedor universitario está ubicado en el Complejo Polideportivo El Palomar. Por sus dimensiones, el nuevo predio además se utilizará como salón para determinados actos, señaló el rector.

La otra obra que se está ejecutando con el fondo minero son las oficinas de Salud Universitaria. Actualmente se encuentran en El Palomar, sobre viejas instalaciones cercanas a calle Paula Albarracín de Sarmiento, las cuales serán reubicadas dentro del mismo complejo, pero sobre calle 25 de Mayo, casi Matías Zavalla. La nueva estructura, de 450 m2 cubiertos, contará con 5 consultorios, oficinas administrativas, sector de archivo, un grupo sanitario y cocina. Además, estará lista en octubre o noviembre.