Los sanjuaninos también se contagiaron de la fiebre mundial del oro e ingresaron en los últimos tres meses en un rally de compra sorprendente, al punto que la semana pasada se agotó el stock de lingotes y en la entidad financiera que los vende tuvieron que confeccionar lista de espera de clientes. De los 400 gramos que se vendieron en el mes de junio en San Juan, la venta aumentó a 2 kilos en julio y en lo que va del mes de agosto ya se han entregado 8 kilos en lingotes a clientes particulares que lo compran como forma de resguardar sus ahorros. El crecimiento registrado desde junio implica que se ha multiplicado por 20 la venta, pasando de un promedio de 13 gramos promedio por día, a los actuales 381 gramos. “Esperamos cerrar el mes con una venta de 11 o 12 kilos”, dijo desde Buenos Aires Fernando Pepe, gerente nacional de Cambios y Metales preciosos del banco Supervielle, la única entidad que vende lingotes certificados de oro suizo en la provincia. El número alcanzado en lo que va de agosto es relevante teniendo en cuenta que hace un año atrás el mismo banco vendía 15 kilos al mes en toda Argentina. “Ahora la mitad de eso se vende en una sola sucursal que es la de San Juan, es una barbaridad porque no son manzanas!”, dijo con sorpresa el directivo nacional del Supervielle quien destacó que el mayor crecimiento este año en la venta de lingotes dorados se ha dado en la región de Cuyo, y que les ha llamado la atención lo que sucede en San Juan, donde advierten “un crecimiento más reciente y explosivo”. “En Mendoza hace 4 años que vendemos y la cifra fue creciendo de a poco. En San Juan hace 7 meses no se vendía nada y de pronto se dio una explosión más vertiginosa. La sucursal tenía una pieza por un tiempo largo, y ahora todos los días se hacen operaciones de oro en San Juan”, aseguró Pepe. ‘Creo que debe ser porque en Cuyo debe haber un nivel de vida superior a otras jurisdicciones, habrá mayor potencial, hay un nivel de gente con una capacidad económica, un nivel de inversor más especializado. Y también ahorrar en oro es una influencia europea, y seguramente esas sociedades tienen más raíz europea y sean más tradicionales”, explicó el bancario.

GANANCIAS

Los sanjuaninos que se sumaron a la tendencia ganaron: A principios de 2011 el valor en el mercado internacional era de U$S1.400 la onza -que tiene 31,1 gramos- y en junio pasado trepó a los U$S1.550. Ayer su cotización llegó a los U$S1837, una ganancia de 18,5% en un mes y medio, y acumula en el año una ganancia en dólares del 31%. Ningún otro instrumento financiero le puede competir (ver aparte). “Alguien que compró una barra de 100 gramos en el 2009 a 12 mil pesos, ahora tiene $27 mil, explicaron en el banco. Al igual que ocurre con el dólar, el precio del oro en San Juan es más caro que en Buenos Aires, debido a que se cobra el flete. Ayer el lingote de 100 gramos -que es el más vendido en la provincia, y es el mismo que se consigue en Nueva York o en Suiza- se podía comprar en el banco Supervielle a $28.341 (U$S6,700) en tanto que si alguien quería venderlo le daban U$S6.000. En la city porteña esos valores eran de 6.647 y 5.948 dólares, respectivamente. Aunque no están permitidas las fotos, la barra de 100 gramos es un rectángulo pequeño y delgado -como un chocolatín de los chicos- lo que permite transportarlo muy fácilmente. El que se vende en San Juan es importado de Suiza, viene en blisters termosellados y tiene certificado de autenticidad. El inversor más chico también tiene chances ya que se puede comprar una barra desde 5 gramos -del tamaño de un chicle Adams- por tan solo $1.501, 65 (ver recuadro de cotizaciones). -¿Es verdad que en la última semana se acabó el oro en San Juan por la demanda?, se le consultó al directivo del Supervielle. -Sí, es verdad. Teníamos muchos clientes que estaban esperando y en el banco tuvimos que organizar una especie de lista de espera, hemos tenido que anotar a los clientes y que nos esperen 2 o 3 días. Obviamente, ni bien llegan los lingotes, les damos prioridad.