No faltó ni el número de atleta puesto con marcador indeleble en el brazo, ni los circuitos delimitados con cintas. Los más preparados usaron antiparras y gorros de natación, los que no tenían bicicletas llevaron sus triciclos o patinetas y otros hicieron la parte de pedestrismo en ojotas o directamente descalzos. No importaba cómo, el tema en el camping de UDAP era participar y ser protagonistas de una versión mini y divertida del Ironman, el famoso triatlón que se corre en Hawaii. En la colonia de UDAP se hizo un ‘triatlón’ participativo dentro del camping y entre los locales e invitados de otros clubes participaron unos 250 chicos, de 3 a 16 años. Además, les dieron un espacio a los adultos y siete mujeres también se prendieron en la prueba.
El llamado ‘Iron Kid‘ de la colonia de UDAP tuvo una parte de natación, otra de ciclismo y la restante de pedestrismo, todo en formato reducido y en los alrededores de la pileta. Por edades, los chicos fueron divididos en 6 categorías, algunas con nenas y varones participando a la par. Cada prueba fue seguida con gritos de aliento y padres que hasta corrieron junto a sus hijos o iban sosteniéndole las bicicletas. Los que no llevaron la bici lo hicieron en skate, triciclos, monopatines y hubo uno que hasta llevó un cuatriclo a pedal.
Las partes de transición fueron de lo más divertidas, con los chicos vistiéndose como podían o con padres poniéndoles las mallas y zapatillas a toda velocidad. Los circuitos fueron diferentes de acuerdo a las edades, por lo que los más grandes compitieron por las calles internas del camping y los más chiquitos entre los pasillos y en un mini circuito en la cancha de básquet.
En tanto, en un paréntesis compitieron los integrantes de la colonia de adultos de UDAP. Y quien se llevó todo el aliento fue Graciela, de 60 años, ya que fue una de las primeras en salir del agua y a la hora de subirse a la bici, no tuvo problemas en agarrar una mountain bike prestada.
Sin embargo, el tramo fuerte fue la participación de la categoría menor, la que agrupó a los niños de 3 a 5 años. Ellos usaron la pileta más chica, pero en vez de nadar chapotearon en el agua y la mayoría tuvo que ser ayudado por los profes para salir del agua. ‘Son un plato’, decía una mujer, mientras sacaba fotos. Los pequeños hicieron las transiciones sin problemas y se robaron todas las sonrisas y los aplausos, coronándose como los ‘Niños de Acero’ del triatlón de UDAP.
