Los hechos dicen que la vida de Federico Rodrigo Cornejo estuvo signada por la muerte desde antes. Su historia particular revela que el año pasado, este mismo jovencito, se salvó después de que le dieron un disparo en la cabeza y también que un hermano suyo fue asesinado en 2007 en una pelea o presunto ajuste de cuentas en Trinidad, según datos policiales.

Federico Cornejo era hijo de padres separados. El se crió en un viejo asentamiento en la zona de Villa El Pino, en Trinidad, Capital. En ese entonces, fue que Federico perdió a su hermano César Jesús Cornejo -que tenía 17 años- en un violento episodio entre vecinos. Fue la noche del 30 de abril del 2007, en la puerta del rancho de una familia de apellido Silva. Las versiones señalaban que "El Quechu" Cornejo fue a esa casa junto a dos amigos y se armó una pelea. La hipótesis que se manejaban aquella vez era que habían ido a comprar "porros", otra que iban a cobrar la deuda por una moto o que todo venía por un tema pasional. Esa noche no sólo hubo golpes, sino que hubo disparos. "El Quechu" recibió un disparo en el pecho y acabó muerto en un pasillo de la villa. A uno de sus acompañantes le pegaron dos balazos. Dos días después, los mismos familiares del muerto y algunos vecinos destruyeron y quemaron la casa de los Silva.

Federico Cornejo pasó por todo eso. Con el programa de erradicación de villa, él se fue a vivir con su padre a Barrio Malimán, Rawson. Los policías lo conocen. En la Subcomisaría del Bº Ansilta señalaron que tuvieron preso al joven por desorden, ebriedad y merodeo. Otros policías de la zona Sur comentaron que lo conocían como ladrón y su amigo inseparable era "El Nariz de Chancho", el que lo acompañaba el jueves a la noche cuando murió.

Justamente estaba con ese adolescente también cuando el 14 de enero del 2009, Federico Cornejo recibió un disparo en la cabeza, confirmó la policía. Fue un hecho confuso, la versión policial fue que él estaba con "El Nariz de Chancho" y un tal "Borocotó". Ahí surgió una discusión entre Cornejo y "Boroco" supuestamente por unas zapatillas. Este último sacó un revólver calibre 38 y le disparó a Federico. El balazo le entró por la frente y le salió por un costado del cráneo. El mismo agresor y el otro amigo después auxiliaron al joven para llevarlo en moto al hospital, pero fueron interceptados en el camino por la policía. Increíblemente, Federico Cornejo se salvó porque el balazo no ingresó al cráneo. El hecho quedó para la anécdota, pero el jovencito no tendría una segunda oportunidad y fue este jueves a la noche que otra bala le quitó la vida.