En apenas 4 días, el doble paso de Independiente Villa Obrera por el estadio del Bicentenario fue nefasto: en lo deportivo y en lo económico. Entre Copa Argentina y el Argentino B, la Villa perdió primero con Atenas y luego con Trinidad, cerrando un capítulo muy pobre desde lo estadístico pero además, en lo económico quedó con un déficit de casi 20.000 pesos que hoy arrastra. Con este sombrío panorama y más el agregado de los incidentes que se vivieron en el regreso de su hinchada con la Policía, la dirigencia Villera está evaluando concretamente no jugar más como local en el Bicentenario. Esta será la decisión que tomarán sus dirigentes en las próximas horas, pero está todo tan caliente que tampoco quieren apresurarse. Los compromisos con el gobierno son grandes y desde el mismo seno dirigencial, argumentan que como vienen ahora dos partidos como visitantes en el Argentino B (ante Unión y con Atenas), puede que ese período sirva para calmar las aguas en torno a esa dirección.

Lo que si está tomando temperatura es lo futbolístico y tras algunas conductas que no cayeron bien, los dirigentes están evaluando con el cuerpo técnico que encabeza Pepe Bravo la posibilidad de algunas desafectaciones en el plantel en las próximas horas. La Villa fue uno de los que más incorporó para el Argentino B y si bien es protagonista y está en zona de clasificación, no hay el mejor clima con algunos de los refuerzos y podrían alejarse. El ambiente no es el mejor en el conjunto chimbero que además perdió terreno en el torneo local cuando estuvo al frente del Oficial por varias fechas. Se vienen horas complicadas en la Villa y con decisiones pesadas.