¿Por qué Vinotinto? Pregunta casi obligada porque en los últimos tiempos al seleccionado de fútbol de Venezuela se lo menciona más por ese sobrenombre que de otra manera. Y la respuesta es simple: Mezclando los tres colores de la bandera nacional venezolana (amarillo, azul y rojo) salta el color Vinotinto. Esto nació allá por 1938 y quedó para siempre.
Venezuela, en fútbol, no es una potencia entre los americanos. Más bien la afición tiene como deportes madre al béisbol y al básquetbol. De hecho, históricamente el seleccionado venezolano siempre fue el equipo más débil en cuanta competencia sudamericana se hiciera. Eso llevó a que se lo llame La Cenicienta. Y tiene sus fundamentos. Por ejemplo, de éstas Eliminatorias Sudamericanas es el único de todos los seleccionado que nunca fue a un Mundial en mayores. Es más, en la mayoría de las citas clasificatorias, finalizó en la última colocación.
Pero la llegada de jugadores brasileños y argentinos en la década del ’90 hizo que el nivel de competencia interna fuese creciendo paulatinamente. Entonces, los clubes se hicieron más fuertes y mostraron personalidad en torneos continentales. A punto tal que, en la actualidad, clubes como el Táchira, el Maracaibo o el Caracas, sorprendieron ganándole a algunos grandes en las rondas clasificatorias del año pasado, como River o San Lorenzo de la Argentina, y estén expectantes por una clasificación este año.
Ese potencial tomó cuerpo y forma en los seleccionados. Entonces, en el último Sudamericano Sub-20, que se jugó justamente en los pagos venezolanos, el equipo Vinotinto concretó un sueño: Clasificó al Mundial de la categoría, que se jugará este año en Egipto. Claro, esa clasificación (junto con Brasil, Paraguay y Uruguay) fue aún más importante porque dejó en el camino a la selección argentina, nada menos que el actual campeón Mundial Sub-20. El equipo del Checho Batista, que fracasó desde todo punto de vista.
Hay un hombre fundamental en el resurgimiento del fútbol a nivel de selecciones: El técnico Richard Páez. Formó los jugadores y tácticamente les sacó provecho a cada uno. Así, en junio del año pasado, le ganó nada menos que a Brasil, por Eliminatorias. Fue 2-0 y el mundo se sorprendió.
Pero Páez tuvo un cortocircuito con los dirigentes de la Federación Venezolana y el resultado fue letal: Páez renunció como técnico.
La posta la tomó César Farías, que tuvo un buen debut empatando con Uruguay, en Montevideo, pero después fue derrotado en forma sucesiva por Chile, Perú, Paraguay y Brasil. En su última presentación tomó algo de aire, ganándole a Ecuador. Y ahora se viene la Argentina.
El técnico Farías, quien guió al Sub-20 en el Sudamericano reciente, sumó al plantel 10 chicos de ese equipo juvenil. Ellos, más los experimentados, forman una fuerza peligrosa para cualquiera. No será un rival sencillo para los de Maradona. El venezolano es un equipo bien estructurado. Armado, en este caso, de atrás para adelante en forma de pirámide. Seguramente mañana pondrá mucha gente en defensa y sus ataques tendrán base en la velocidad de sus puntas, caso especial el goleador histórico: Giancarlo Maldonado.
