Hace 4 años entronizaron la imagen de Nuestra Señora de la Dulce Espera, Patrona de las embarazadas, en un horno de cal abandonado en la Quebrada Nacif Weiss, en San Martín. Y al principio sólo la visitaban algunas vecinas de los alrededores. Ahora llegan al lugar unos 100 devotos de otras provincias al mes. Sumados a estos, los fieles locales. Por esta convocatoria quieren ampliar el lugar.
Una vez al mes, la Virgen recibe de visita a algún contingente de más de 60 fieles, proveniente de otra provincia. Y por fin de semana la visitan unos 10 turistas en promedio. Esto superó las expectativas de quienes manejan la gruta donde se encuentra la imagen. ’Nunca imaginamos que Nuestra Señora de la Dulce Espera atraería al turismo. Creo que una de las razones es que hay pocas imágenes de esta advocación entronizadas en el país. Cada 4 de julio celebramos el aniversario de su entronización y para esa fecha también viene gente de Buenos Aires, Córdoba, Mendoza, San Luis y de otras provincias’, dijo Luis Nacif Weiss, quien donó el horno de cal que está en la Quebrada Nacif Weiss que se transformó en la gruta de esta virgen. El 15 de cada mes, día de Nuestra Señora de la Dulce Espera, las mujeres embarazas o las que ya dieron a luz se congregan en la gruta para rezarle. En esas reuniones también participan algunas turistas que llegan de las provincias vecinas, tanto para pedir o agradecer alguna bendición otorgada, según Nacif Weiss.
El horno de cal, que fue restaurado para entronizar a la Virgen, es muy chico. En el interior se encuentra una tarima de madera donde está la la imagen, y una silla. Allí sólo entran 3 personas a la vez y agachadas para no golpearse la cabeza con el techo. Es por eso es que quieren ampliar las instalaciones. Nacif Weiss dijo que están planificando hacer una capilla para colocar a la Virgen y otro salón para las reuniones del grupo de oración. También quieren construir sanitarios y mesas y bancos para recibir a los fieles de otras provincias con más servicios y comodidad.
