A pesar de que el cielo estuvo gris y que una brisa helada hizo que el frío se sintiera con intensidad, los fieles no se rindieron. Aplaudieron sin parar y hasta cantaron como si fueran un gran coro. Así con alegría y contagiando mucha emoción se vivió ayer, la procesión en honor a María Auxiliadora. Fue en las inmediaciones de la iglesia de Don Bosco y reunió a unos 5.000 fieles de todas las edades.
A las 15 en punto, la Virgen salió de Don Bosco. Con banderas celestes y rosadas los fieles la saludaron. Y mientras en algunos las lágrimas fueron la primera demostración de cariño, para la mayoría las sonrisas se convirtieron en la mejor forma de demostrar la fe por María Auxiliadora. Rodeada por los chicos del grupo Scout de Don Bosco la Virgen comenzó a peregrinar junto a sus fieles. Primero estuvieron los feligreses que salieron desde el colegio con ella, mientras que después se fueron sumando en el trayecto otros peregrinos más. Es que la salida fue tan puntual que muchos tuvieron que empezar la procesión varias cuadras después de la largada. Desde la organización explicaron que el arranque fue justo a la hora programada por el frío y porque temían que lloviera. Es que hasta la misa fue al aire libre.
En todo momento las canciones y las palmas hicieron que la procesión se viviera como una fiesta. Incluso hubo momentos en los que las sirenas del móvil policial, que siguió el paso de los fieles, acompaño a ese gran coro de fieles. ‘Cuando ella pasa todo se transforma, la alegría viene‘, dice una de las canciones que los fieles cantaron y de esta forma contagiaron felicidad. Incluso los vecinos de Don Bosco salieron a la vereda inundados por la alegría. ‘Todos los años salgo a la puerta a ver el paso de los fieles y nos gusta que la cuadra se vista de fiesta, por eso la ornamentamos con los colores patrios y papales. Este año la procesión es más alegre, los chicos están más entusiastas y no paran de aplaudir‘, dijo Juan Carlos Ruiz, uno de los vecinos.
Ese entusiasmo siguió dentro del playón del Colegio Don Bosco, que fue donde se celebró la misa. Los jóvenes hasta bailaron con cada canción religiosa, mientras que los adultos saludaron el paso de la Virgen con sus pañuelos en alto.
Bajo una lluvia de papeles, pétalos de rosas y bombas de estruendo, como ya es un clásico, María Auxiliadora se volvió la gran protagonista y fue ovacionada. La misa fue oficiada por Monseñor Alfonso Delgado.
