La noticia sobre la suspensión de la edición 2017 del Tour de San Luis, que era un secreto a voces y terminó de confirmarse el viernes pasado cuando el secretario de Deportes de San Luis, Juan Pablo Funes, hizo pública la decisión del gobernador Alberto Rodríguez Saa, causó un terremoto en el ámbito ciclístico sudamericano. Es que la prueba puntana con sus diez ediciones internacionales, ocho de ellas dentro de la valoración más importante que da la Unión Ciclista Internacional (UCI) a pruebas por etapas (2.1) se había transformado en un clásico inicio de temporada para varios de los equipos más fuertes del pelotón World Tour (18 escuadras que comparten el primero de los tres niveles profesionales).
Y, como no podía ser de otra manera, el tema pasó por ver de qué forma las réplicas de ese sismo podían afectar a la próxima Vuelta de San Juan, que por primera vez en su historia, por decisión del gobierno de la provincia, pasó a integrarse al “American Tour” de la UCI. Un total de 29 carreras, de las que ya se han “bajado” dos (San Luis y la Vuelta de Colombia) componen el listado de pruebas que de enero a octubre otorgan puntaje para el ranking continental y mundial. De ellas, sólo cinco tienen categoría 2.1: la Vuelta de San Juan, que abrirá el juego (24 al 29 de enero), Vuelta de México (12 al 19 de marzo), Tour de Utah (31 de julio al 6 de agosto), Commonwealth Cycling Classic Virginia (24 al 27 de agosto) y el Tour de Alberta, Canadá (30 de agosto al 4 de septiembre). El resto es de menor valoración (2.2) y entre ellas se encuentran competencias históricas como las Vueltas de Uruguay, Costa Rica y República Dominicana y tres carreras brasileñas, las Vueltas a San Pablo, a Río de Janeiro y Rio Grande do Sul.
A San Luis venían todos, o casi todos de los mejores equipos. El año pasado hubo 10 conjuntos World Tour. Entre sus ganadores hay nombres ilustres como los de Vincenzo Nibali (2010) o Nairo Quintana (2013), por lo que se suponía que varios de esos equipos, la mayoría europeos, aprovecharían el verano sudamericano para extender su estadía en la Argentina aprovechando que, aparte de San Luis, habría otra carrera en la que podrían sumar puntos “gordos” para el ranking del mundo como es la Vuelta a San Juan. Ahora bien, sin la prueba que les ofrecía codearse con la montaña, porque las sierras puntanas les otorgan esas posibilidades, habrá que ver dónde apuntan sus cañones. Si a San Juan, carrera de gran convocatoria popular, pero de escaso conocimiento mundial, con todos los interrogantes que eso genera; o viajan a Australia, donde en tres semanas tienen dos carreras del calendario World Tour (17 al 22 el Santos Tour Down Under y el 29 el Cadel Evans Great Ocean Road Race).
Quedan tres meses, no es tanto, para que “la carrera de los sanjuaninos” se gane un lugar en el ámbito mundial. Dependerá de ello que la corran, por lo menos, seis equipos World Tour y otros seis o un par más de la segunda categoría (Pro continental). Que haya muchas selecciones de países y equipos continentales (3 categoría) no justificará la magnitud del esfuerzo organizativo y la inversión económica que se hará.
