A pesar de las advertencias, Patricia no pudo evitar que Franco, su hermano más chico, dejara de practicar mountain bike por entre el zanjón lleno de escombros, pañales usados y desperdicios de verduras y frutas podridas. Como ella, los demás vecinos de los barrios Arturo Illia y Meglioli tienen miedo de que los chicos se accidenten o se enfermen por jugar dentro de esta obra inconclusa en un terreno del ex ferrocarril al Sur de calle Meglioli. Según le contaron a DIARIO DE CUYO, esa zanja abierta se comenzó hace casi dos años, nadie sabe decirles para qué, y nunca se terminó. El resultado: un canal seco de unos 400 metros de largo, unos 3 de ancho y 1,5 de profundidad que se ha convertido en basurero. Desde la Municipalidad de Rivadavia dijeron que esa obra le pertenece a OSSE y que no pueden interferir.

El sol del mediodía hizo que el olor se volviera nauseabundo. Y que las moscas comenzaran a revolotear alrededor de las bolsas con pañales descartables y otros desperdicios. "Eso no es nada -dijo Aidé Castillo, vecina del barrio Illia-, hay veces que han tirado hasta animales muertos. No sabemos quiénes vienen a tirar basura a este zanjón porque se ve que lo hacen a la madrugada para que nadie los vea. Esto ya se ha convertido en un basurero y en un riesgo para la salud, ya que cualquiera puede contagiarse alguna enfermedad con esa basura".

Mario, uno de los niños del barrio, dijo que no le tiene miedo a las enfermedades. Hizo el comentario cuando entró en el zanjón con su bicicleta para probar su destreza. "Me gusta andar por adentro porque hay muchos obstáculos para saltar -dijo antes de tomar velocidad-. Y yo siempre hago la prueba de andar sin tener que poner los pies en el suelo para no pisar los desperdicios. Es divertido".

Pero la polvareda encegueció al pequeño que no tuvo más remedio que pararse en medio del basural. La levantó uno de los autos que, para cortar camino, circulaba de Oeste a Este por la orilla del zanjón. Y que tuvo que frenar violentamente porque otro vehículo venía en dirección contraria.

"Como la Libertador y Meglioli está cortada, es común que los conductores usen como atajo el veredín que ha quedado formado al costado Norte del zanjón -contó Orlando, otro vecino-. Nos da miedo que ocurra un accidente porque es un camino sin señales y sin iluminación que de noche se transforma en una boca de lobo. Y algunos chicos aprovechan la oscuridad para meterse allí aparentemente para drogarse o quizás para esperar la oportunidad para robar".

Según Orlando, ninguno de los vecinos sabe si esta obra inconclusa es para agua potable, gas o cloacas. Dijo que hace casi 2 años una empresa abrió el zanjón y colocó unos caños de cemento en algunos tramos, pero que no regresó jamás.

El director de Obras y Servicios Públicos de Rivadavia, Carlos Robledo, dijo que esta obra se trata de una red de agua potable que corresponde a OSSE. Sostuvo que desconoce el motivo por el que no se concluyó, pero que el municipio se hará cargo de limpiar el lugar.

DIARIO DE CUYO intentó comunicarse con el presidente de OSSE, Adrián Cuevas, para conocer los motivos de la suspensión de la obra, pero el funcionario no contestó.