Los policías que estaban de guardia en el Hospital de Niños se encargaban de comunicar a las comisarías todos los daños a personas ocurridos por un presunto hecho ilícito. Debían informar agresiones, autoagresiones, homicidios, abandono de personas, abortos, casos de desnutrición, entre otros casos. Además, si la persona llegaba inconsciente, debían secuestrar la ropa y la documentación de la persona. Esto, además de controlar el lugar.
