Las abejas africanizadas, impropiamente llamadas abejas africanas o abejas asesinas, son híbridos procedentes del cruzamiento de la subespecie Apis mellifera scutellata con las abejas naturalizadas del continente sudamericano, que pertenecen a varias subespecies. Su nombre se debe a que originalmente provinieron del continente africano. Poseen un acentuado comportamiento defensivo, altamente heredable, describiéndose como muy agresivas ante molestias. Atacan en cantidad, muy velozmente y siguen a su víctima hasta a 900 metros de su colmena o enjambre. Por su comportamiento se han registrado en América numerosas muertes de personas, incrementándose anualmente el número de víctimas.En un sujeto hipersensible puede ocurrir la muerte con una sola picadura y han habido sobrevivientes de 500 picaduras. El veneno causa reacciones alérgicas y efectos tóxicos.