Las carpas de familias rodeaban la cancha de fútbol donde comenzó a celebrarse, el sábado pasado, la Fiesta del Cerro Blanco, en su camping de Zonda. A metros de los puestos que estaban a los costados de la cancha, se divisaban también las sogas con ropa tendida, el humo de asados de los visitantes, colchones en el piso y hasta cocinas que había llevado la gente para mayor comodidad. Eran más de 140 los entoldados que había el sábado en el camping, de gente que llegó para estar en la fiesta. Y según personal municipal en las ediciones anteriores sólo había como máximo 80 carpas.
Junto a sus entoldados, los hombres sin remera y de maya que habían estado en el agua hasta hacía un rato antes, descansaban en sus reposeras con las manos atrás de la nuca mientras miraban el show en el escenario. "Esta fiesta es diferente a otras. Disfrutás del cerro, de la pileta o el canal y después, del show. Y al final no te tenés que ir a tu casa, te cruzás a la carpa y te quedás a dormir", comentó Andrés Balderramo que se quedaba hasta ayer con su familia para ver la elección de la reina.
Dentro del espacio que destinó el municipio para los stands, las sillas y el escenario también había rastros de los campamentos. Las reposeras se mezclaban con las sillas blancas para el público. Y las hieleras, los vasos térmicos y otros elementos de camping también aparecían sobre el césped.
Los funcionarios comunales coincidieron en que el clima ayudó a que hubiera más carpas que en ediciones anteriores porque no hizo frío, lo que hace más cómodo dormir en carpa, y tampoco corrió viento. El secretario de Hacienda y Finanzas de Zonda, Víctor Godoy, agregó que "el camping con 15 hectáreas tiene gran espacio para que no se amontonen las carpas y las personas puedan dormir tranquilas por la noche, por eso también viene la gente".
