Buenos Aires, 22 de octubre.- El magistrado del Tribunal Electoral Supremo de Honduras, David Matamoros, aseguró que el proceso electoral "va a caminar y se va a dar, haya o no haya un acuerdo” entre el gobierno de facto y el derrocado presidente, Manuel Zelaya.
Ya sea que “una semana antes o dos días antes o una semana después hay un acuerdo, lo más importante es que las elecciones hayan sido lo mejor posibles, lo más correctas y lo más transparentes”, expresó Matamoros en la conferencia brindada en el think tank (grupo de pensamiento) Dialogo Interamericano.
Por su parte, el magistrado Enrique Ortiz Sequeria, coincidió que “es mejor que haya elecciones dentro de 36 días a que dentro de dos años o cuatro años, porque el 93 por ciento (de los hondureños) cree que la solución está en ese proceso libre y transparente”.
Reafirmando su “autonomía e independencia” de las demás instituciones, los funcionarios alejaron además las sospechas sobre el rol de las Fuerzas Armadas en el proceso.
En ese sentido, mencionaron que por primera vez las Fuerzas Armadas se encontrarán durante el período de sufragio, “bajo el mando de funcionarios designadas por el Tribunal Electoral Supremo”.
Por otro lado, y sin poder contar con la observación para los comicios de la Organización de Estados Americanos (OEA) tras su suspensión del organismo, el Tribunal dispone actualmente de 14.800 observadores internacionales.
Además, firmó convenios con catorce organizaciones representativas y abrió espacios de diálogos con diversas organizaciones del ámbito civil dedicadas al seguimiento electoral.
Al mismo tiempo, según comentaron los magistrados, también cuentan con el apoyo de veinte congresales estadounidenses para este proceso y con el Departamento de Estado que está financiando “parcialmente” tres proyectos relacionados con el “voto para discpacitados, con el monitoreo de medios y la capacitación de los delegados que van a las mesas electorales”.
Buscando separar en todo momento su función de los acontecimientos políticos de su país que lo llevaron a estar hoy bajo un régimen de facto, Matamoros señaló que si bien las elecciones “no se han visto afectadas” por la situación actual, existen “voces disonantes contra el proceso, que apuestan a que fracase”.
Por lo que “no podemos tomarnos el riesgo de que vayamos a una elección donde no tengamos las garantías y la certeza de que los resultados van a ser lo más oportunos”, explicó comparando la situación con lo ocurrido en las elecciones que proclamaron presidente a Zelaya en 2005, donde “no tuvimos una transmición de resultados” hasta una semana o diez días después.
“Nuestra obligación es llevarlas a cabo de la mejor manera posible, con la mejor garantía”, insistió aseverando que más allá de todo “las elecciones van a llegar el 29 de noviembre”.
A treinta y ocho días de las elecciones y sin acuerdo aún entre Roberto Micheletti y Manuel Zelaya sobre el punto del Plan de San José que exige el retorno de éste último antes de los comicios, los funcionarios dicen “reconocer el momento histórico” por el que atraviesa su país y que a su vez, es su historia nacional la que “en gran medida se define” ese día.
Pero es también la historia mundial la que “nos ha demostrado que cuando hay dictadura, que cuando hay guerras civiles, desordenes y convulsiones dentro de cualquier país, sólo hay una forma donde los seres humanos podemos volver a vivir en paz y tranquilidad”.
“Esa forma se llama escuchar a la voz del pueblo y la voz del pueblo sólo se escucha a través de elecciones libres, transparentes y cristalinas que nosotros vamos a celebrar el 29 de noviembre”, concluyó Ortiz Sequeira.
