Todos tenían el mismo objetivo: conseguir que sus hijos ingresen a Nivel Inicial en alguna escuela. Pusieron en marcha varias estrategias para lograrlo. Hubo papás que pasaron más de 15 horas en la puerta de los establecimientos y hasta pidieron a sus familiares que hicieran filas en otras escuelas para tener más chances. Ayer se vivió el último día de inscripción y se realizó el sorteo de las vacantes para ingresar a las salas de 4 y 5.
Las inscripciones para Jardín comenzaron el miércoles. Primero anotaron a los hermanos de los alumnos que ya van al establecimiento y a los hijos del personal de la institución. Mientras que ayer se hizo el sorteo de los que no entraron en esa etapa, por eso fue el día más caótico.
Los nervios y angustia de los padres hicieron que en las puertas de los jardines se viviera un clima tenso. Enojo y sueño fue lo que dijeron sentir, mientras contaron sus estrategias. ‘Llegué a media noche a pesar de que los números los entregan a las 14 y a las 15 es el sorteo‘, dijo Leandro Lucero, que esperó sentado en una reposera, en la puerta de la ENI 2 Pinkanta, en Capital. Al igual que él varios pasaron horas esperando que les entreguen los números. En la ENI 4, Martha Salotti dijo que los que iniciaron la vigilia lo hicieron a las 4. ‘Pasamos muchísimo frío durante la noche‘, dijo Ariel Jofré, de Rawson, que estuvo más de 3 horas parado para que no le sacaran su lugar en la fila.
Otra de las técnicas usadas por los papás fue dejar a familiares en distintas escuelas para participar de más sorteos. ‘Yo soy abuela de mellizos y estoy acá (en Pinkanta), mientras que mi hija, la mamá de mis nietos, está en otra escuela‘, dijo Sara Videla. Al igual que ella, Laura Ramírez, tía de un pequeño de 4 años contó que 5 integrantes de su familia estaban en distintas escuelas para buscar un solo lugar. Ella estuvo en la ENI 3 Julieta Sarmiento.
Además de las dos estrategias anteriores los papás se arriesgaron a todo. Incluso fueron a inscribir a sus hijos durante los dos primeros días, a pesar de que no eran hermanitos de alumnos, ni hijos del personal de las escuelas. ‘Sé que hoy no me correspondía venir. Pero vine el miércoles, el jueves y hoy (por ayer). Aunque no cumplía los requisitos intenté‘, dijo Raúl González, un papá.
