La añeja y dilatada Roma, cuna de la historia occidental y cristiana, está nuevamente en la cima de la observación del mundo contemporáneo, porque el juego del poder que se manifiesta en todas las estructuras orgánicas de los Estados, tiene también sus picos de elevada polémica en la sacra escalinata donde posa sus pies la excelsa jerarquía eclesiástica de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana.

Los documentos denominados superconfidenciales del Vaticano gozan de un hermetismo a toda prueba, aunque suelen conocerse con el tiempo cuando pierden, de alguna manera el carácter o calidad de reservados. Sin embargo, la prensa mundial, de pronto, sorprendió con la noticia de los "topos” que filtran a los medios de comunicación documentos superconfidenciales en la Roma donde tiene residencia el enclave de la máxima estructura del catolicismo.

Retomando la expresión "topo”, y de acuerdo al significado de la Real Academia, la mayoría de ellos se caracterizan por ser en mayor o menor medida, animales que viven en galerías subterráneas que abren vasos comunicantes en el interior de la tierra y cuando quieren, asoman sus cabezas al mundo exterior con el que toman contacto.

Pero también de las distingue de este modo a las personas se infiltran en una organización, actuando al servicio de otros. Lo concreto, es que los dardos que se ventilaron están dirigidos venenosamente al segundo de S.S. el secretario de Estado, Tarcisio Bertone, en la mira de muchos que ven en él un obstáculo en la aspiración de los complicados caminos de los ascensos.

Ha trascendido, después de ciertas insinuaciones que desde hace tiempo se recogen en distintas expresiones de difusión pública, aunque a ésta última ya le pusieron nombre, referidas a que en abril próximo renunciaría el santo padre, Benedicto XVI. Este papa -sucesor de Juan Paulo II-, de ecuménica raigambre teológica, es mostrado con ribetes crecientes de debilidad en el poder; intelectual extremo, que no valora ni se inmiscuye en la exacerbada guerra interna de la curia, otorga sobradas motivaciones para la lucha por su sucesión. Los analistas exquisitos de esta problemática son contestes en afirmar que desde el floreciente período del Renacimiento, no se advierten estos juegos cupulares en la cima eclesiástica del Vaticano.

La Santa Sede no muestra en este presente contemporáneo una imagen feliz y esta situación contradictoria es aprovechada de las más disímiles formas desde los más enervados intereses de propios y extraños, que siempre existen y que encuentran con estos trascendidos, el campo orégano para sumarse al camino desnudado por el denominado "VatiLeaks” sobre la guerra que soportaría internamente la alfombra roja vaticana. No es la primera vez que ocurre una lucha intestina en el Vaticano. En el siglo XIII, el Papa Celestino V habilitó la renuncia papal en el derecho canónico.

En el conocimiento de esta disposición, ya no son los "topos” quienes aparecen en escena, sino los "lobos” al borde del precipicio, quienes acechan en una puja por el poder en un ámbito donde también se cuecen habas, pero que fomentan nubarrones que no le hacen bien a la Iglesia.

"LOS DOCUMENTOS superconfidenciales del Vaticano son de un hermetismo a toda prueba aunque suelen conocerse con el tiempo cuando pierden de alguna manera el carácter de reservados.”