Una de las anécdotas que para los sanjuaninos pintaba de cuerpo entero a Néstor Kirchner fue un pleito con una empresa llamada Gotín que estaba a saldar sus deudas con la Municipalidad de Río Gallegos con pequeñas obras. Pero cuando asumió la titularidad del Ejecutivo Municipal, Néstor Kirchner, quiso cobrarle todas los tributos impagos a Gotín, que era una especie de padrino de la ciudad. Kirchner ganó el pleito judicial por la deuda y la empresa tuvo que pagar con canteras, con ripieras, con maquinaria. Con todo eso, Kirchner empezó una serie de obras desde gimnasios, barrios, pavimentos. Y hasta iluminó las calles principales de la ciudad con grandes globos al que el pueblo bautizó como “las pelotas de Lupín”.