Para los sanjuaninos, el sólo hecho de mencionar la palabra Albardón, es como decir uva moscatel, gente laboriosa de esas tierras y bellezas geográficas que encandilaron a propios y extraños. Es referirse al pueblo originario Huarpe, a los conquistadores españoles y a los héroes de nuestra libertad. Pero eso no es todo, porque los albardoneros, en su 149 aniversario de fundación, acontecimiento que tendrá lugar mañana 24 del corriente, siguen escribiendo su historia con sus cimientos bien puestos en la cultura, el trabajo y su fe.

Para hurgar en la historia de este departamento sanjuanino, hay que introducirse en el túnel del tiempo hasta la época prehispánica. Es que en ese territorio de 945 km2, ubicado a unos 12 kilómetros de la capital provincial, lo que hoy es Albardón, estuvo ocupado por la Nación Huarpe. Esta comunidad se dedicaba básicamente a la agricultura. Sus producciones principales eran, entre otras, el cultivo del maíz, zapallo, sandía y melones. Con la llegada de los conquistadores españoles, esta zona se incluyó con la denominación de Valle de Angaco. Entonces se identificó la zona de Albardón por el fortín Las Tapias, que en la actualidad, un típico mangrullo señala el lugar del antiguo fuerte.

La palabra Albardón, en idioma castellano, representa una especie de "cordón de tierra" o loma que sale sobre un terreno. Según cuentan diversos historiadores, esto fue lo que vio el español sobre el lado Norte del río San Juan y de acuerdo con esta característica se definió el nombre de la zona.

Eran épocas en que se debía cruzar en balsa el Río San Juan. Así llevaron piezas de artillería, mulas, caballos, armamento y todo tipo de elementos necesarios para un hito que marcó la historia, no sólo de Albardón y de San Juan , sino de la Nación toda. Es que desde Las Tapias partió la llamada "Columna Cabot", con el fin de luchar en Chile para darle la libertad a ese pueblo y consolidar la liberación de medio continente por parte del General José de San Martín.

La travesía que del Teniente Coronel Juan Manuel Cabot, destacado por San Martín como responsable de la segunda columna libertadora.

Corría 1817, la epopeya del libertador José San Martín había dado comienzo, libertar Chile era una prioridad, para

ello atacaría por varios frentes. El segundo en importancia de tropas y objetivos fue la columna sanjuanina a cargo del tucumano Cabot, quien partió desde Mendoza con no más de 80 hombres, con fusiles y artillería. Llegó a San Juan y publicó una proclama donde buscaba más hombres dispuestos a combatir. Logró conseguir más voluntarios, pero siguió hacia el Norte.

En aquel entonces, Jáchal era un centro poblado muy importante. Al llegar a la estancia Pismanta, en el actual departamento Iglesia, Cabot recibió con asombro a más de 800 hombres dispuestos a luchar. Así fue que logró cruzar la cordillera de Los Andes, por el paso denominado de "Guana", cercano al actual Paso de Agua Negra, en el Oeste de San Juan.

Una vez en Coquimbo, logró tomar la ciudad y pudo detener el accionar de 4 navíos españoles que venían del Alto Perú para atacar a San Martín en Santiago.

Según la cartografía y epistolario histórico, Albardón fue el epicentro de este hecho cuyos resultados fueron vitales para la liberación de estas tierras que luego sería la República Argentina. La columna partió desde Las Tapiecitas, en la actualidad, Las Tapias. De ahí en más hicieron etapas de unos 30 kilómetros, pasando por Matagusanos, Talacasto, La Ciénaga, Quebrada del Yeso y finalmente Pismanta, hoy Bella Vista, departamento Iglesia. Luego, la travesía a Chile para combatir por la libertad de medio continente.

Ya en medio del periodo revolucionario, gobernadores progresistas promovieron la población para hacer producir estas tierras. Durante el gobierno de Camilo Rojo, se creó, por ley, del 24 de enero de 1866, la localidad de General San Martín en Albardón. Esta fecha que se recuerda como la fundación del departamento. El objetivo de la ley era estimular a la población a concentrarse en núcleos urbanos y así dotar de villas cabeceras a los departamentos de la campaña que no las tenían. Por ello se contemplaba la explotación de cuatro cuadras que serían indemnizadas con fondos del tesoro público y la venta de lotes a particulares interesados. El dinero obtenido se destinaría a la construcción de los edificios públicos necesarios. Diez años después, recién se daría cumplimiento a esta disposición. Mientras tanto, la ley municipal de 1869 ya reconocía a Albardón como uno de los departamentos en que se dividía la provincia. Albardón, una tierra con sabor a historia y moscatel.