Mercedes Sosa, quien fue cientos de veces a cantar a la “Tierra Prometida” y se despidió en cada viaje con todas las ovaciones de una ídola, tiene desde el 9 de marzo pasado un bosque en su memoria. En realidad serán dos bosques: uno en Yatir, al noreste de Beersheva (una de las principales ciudades de Israel) y que constituye el más grande de su tipo y uno de los más importantes, ya que fue iniciado en 1966 con el objetivo de hacer retroceder al desierto con árboles por eso todavía se le siguen incorporando más especies. Y el segundo bosque, o mejor dicho la réplica del israelí estará en su ciudad de origen: San Miguel de Tucumán y será inaugurado dentro de dos días, el 23 de marzo en el Parque 9 de Julio de esa provincia.

La iniciativa del Bosque Mercedes Sosa tiene como único promotor al sobrino de “La Negra”, Coqui Sosa, quien llevó especialmente tierra tucumana y de la quinta “El resuello” de Mendoza al espacio a reverdecer, como símbolo de las cunas donde la cantante hizo florecer su canto.

Si bien por los árboles en homenaje a la cantante fallecida es que recobra trascendencia la acción forestal entre Israel y Argentina, nobleza obliga decir que hay casi 71.000 ejemplares sembrados por argentinos en Medio Oriente, según los registros del KKL. De ellos, 10.000 fueron plantados por la Comunidad de Córdoba y más de 70 por particulares. El resto, son iniciativas de instituciones judías del país.

Inclusive entre estos árboles hay algunos de una sanjuanina, quizás la única local hasta ahora con semejante privilegio. Ite de Garbarsky recibió hace unos días el certificado por los 18 árboles (el número simboliza la vida para la Cábala Judía) que adquirió la Sociedad Israelita en su nombre como agradecimiento por su acción solidaria en San Juan durante 27 años ininterrumpidos.

Trascendió que será el gobernador José Luis Gioja quien reciba el primer árbol para plantar en los bosques de los fallecidos en el terremoto del “44, tanto en San Juan como en Israel.