Aunque hay un grupo de voluntarios que ayuda a las tres hermanas de la Congregación Esclavas de la Inmaculada Niña, no alcanzan las manos. Por eso, las religiosas salieron a pedir por voluntades que desinteresadamente colaboren con los trabajos en el Hogar Medalla Milagrosa, Rivadavia, en el que asisten a 89 niños pero en el que no pueden recibir a más porque ya no dan abasto.
“Trabajamos muy a pulmón y cuando alguno de nuestros voluntarios no puede venir, se complica muchísimo. Necesitamos gente que nos dé una mano para hacer la comida, para atender el comedor y también para ayudar en las clases de apoyo de los niños. Por eso tampoco podemos recibir a más chicos”, contó Andrea Luna, religiosa que trabaja junto a María Silvana De Giovanini y Teresa Martínez.
El hogar está ubicado en Villa San Francisco y nació como un espacio del apostolado de la parroquia Medalla Milagrosa. Las tres monjas lo llevan adelante y subsiste con el aporte de donaciones.
Ya a las 8 de la mañana los niños golpean la puerta, media hora antes de que se sirva el desayuno. Algunos llegan solos y otros de la mano de sus papás, que los dejan porque salen a trabajar. Al mediodía almuerzan y a las 17 toman la merienda. En el medio, hacen actividades recreativas y reciben apoyo escolar. “El día se pasa volando, porque cuando levantamos las mesas del desayuno y limpiamos el comedor, ya empezamos a preparar el almuerzo. Por eso nos dividimos en grupos, para repartir tareas. Pero nos faltan manos”, agregó Andrea. Al lugar van niños de Villa San Francisco, de las villas Nueva Argentina, Del Carmen, Angélica y del barrio Güemes. Los interesados en el voluntariado deben acercarse a Esteban Echeverría y San Isidro, de 9 a 18. El teléfono es 4342645.
