A pesar de que las viviendas estaban en pleno centro, tenían fondos enormes. En ellos, estaban los baños y usualmente había huertas y pozos que se usaban para tirar basura. Esas características de las casonas que había en San Juan a principios del siglo XX, muchas de ellas construidas donde ahora está la avenida Ignacio de la Roza que se abrió tras el terremoto de 1944, salen a relucir cuando se rompe un paño asfáltico de esa arteria. Es que, cuando los obreros los sacan para repararlos descubren que debajo de ellos aún quedan antiguos pozos mal tapados.
“Ya es la quinta vez que se hunde un paño en distintos tramos de la Central y encontramos pozos negros abajo. Esto ya sucedió 5 veces y nos llama la atención”, dijo uno de los obreros que trabajaba el viernes pasado arreglando un hundimiento de ese tipo en Ignacio de la Roza y Alem.
Por su parte, Juan Terranova, secretario de Planificación de la Capital, comentó que “el pavimento céntrico es viejo y comienza a mostrar fallas. En varios casos hemos encontrado pozos negros debajo de la calle. Hace poco también sucedió en Central y General Acha”.
Según los planos de la ciudad previa a la reconstrucción que se realizó después del sismo, los fondos de las casas estaban ubicados justo por donde ahora pasa la avenida.
“Tras el terremoto, la Central se construyó desde Rawson hasta España. En esa zona, además de edificios importantes como la Catedral, el Edificio Episcopal y la Casa de Gobierno, había casonas”, contó Jorge Martín, desde la Facultad de Arquitectura de la UNSJ. Y agregó que “justo por donde pasa la avenida estaban los centros de manzana, donde se encontraban los fondos de las viviendas. En esa época, los pozos sépticos se construían allí. Además, hasta la década del ‘50, la gente solía hacer en sus fondos pozos para tirar la basura orgánica, que funcionaba con abono para las huertas que tenían. Es raro, pero a pesar de ser pleno centro, la gente llegaba a tener hasta gallineros”.
La decisión de construir la avenida Central fue tomada tras el terremoto por el Gobierno nacional. Lo que se hizo fue sacar todos los edificios que habían sido afectados y realizar nuevas construcciones con materiales más fuertes que los que se habían usado hasta esa época, como el adobe que fue reemplazado por cemento.
La reconstrucción comenzó en 1956 y desembarcó de la mano del interventor (del gobierno de facto) Marino Carreras. Tras demoler todas las viviendas que había en la traza de la avenida, las autoridades decidieron ubicar a lo largo de ella varios edificios públicos, lo que le dio a San Juan un aspecto muy diferente.
Así, a pesar de que actualmente sólo se puede apreciar la ciudad con un diseño que sólo cuenta 57 años, debajo del cemento aún quedan vestigios de lo que fue el San Juan antiguo.
