Entre lágrimas y risas dos vecinas de Capital fueron homenajeadas ayer con serenatas. Y la tarde fue tan alegre que hasta los vecinos de la Villa del Carril y los de la Pontoriero se vistieron de cantantes y acompañaron con grandes coros improvisados. Este homenaje organizado por la Municipalidad de Capital seguirá hoy.
Lidia Amalla fue la primera vecina sorprendida. Cuando las cuerdas de una guitarra y las dulces voces del grupo Santa Gema comenzaron la serenata, la mujer mostró alegría. Al salir a la puerta de su casa, una veintena de vecinos la aplaudió y ella no pudo contener la emoción y secándose las lágrimas agradeció a cada uno con un beso.
Y la gente de la calle Pedro de Valdivia no sólo la homenajeó eligiéndola como una de las mejores vecinas, sino que también se animaron a cantarle. Así fue que varios vecinos que pasaban por casualidad se pararon y también acompañaron. Y para que en el homenaje no faltara nada hubo convite de mate y semitas caseras que la misma gente del barrio hizo para la ocasión.
’Mi familia son mis vecinas’, dijo la mujer que vive sola y que aseguró que nunca se imaginó que una simple canción podía alegrarla tanto.
Después de Lidia, fue el turno de Etelvina Piran. La mujer que vive en la Villa Pontoriero no pudo borrar su sonrisa cuando al salir por una de las puertas de su casa se encontró a un montón de vecinos que con fuerza y emocionados le cantaron al menos 5 canciones. Es más, hasta hubo algunos que la invitaron a bailar un vals pero la mujer con mucho humor contestó que no podía. ’Tengo las ruedas bajas’, dijo e hizo alusión a un problema de salud en sus piernas. Y a pesar de que trató durante muchos minutos que las lágrimas no se le escaparan, no pudo evitarlo. Y preguntó en varias oportunidades por qué le cantaban. Sus vecinos le dijeron que por su enorme colaboración con la comunidad.
Etelvina estuvo acompañada por sus nietos e hijos que también se mostraron muy emocionados y filmaron todo el homenaje con sus teléfonos y cámaras de fotos.
