�Unos 50 millones de niños viven actualmente lejos de su lugar de origen, obligados a escapar de la violencia o a migrar en busca de oportunidades, advirtió ayer Unicef.
En un informe titulado ‘Desarraigados‘, la agencia de Naciones Unidas para la infancia analiza la situación de esos niños y demanda a los Gobiernos acciones concretas.
Entre ellas figuran acabar con la detención de niños migrantes, mantener unidas a las familias para proteger a los menores y garantizar el acceso a la educación.
‘Esta es una crisis creciente a la que se enfrenta el mundo, ya sea en Asia, en América, en el Mediterráneo‘, explicó el director ejecutivo adjunto de Unicef, Justin Forsyth.