No sólo el anhelo de integración hizo que cada vez más personas hagan un curso de lengua de señas argentina (LSA) en la provincia. Ser intérprete se está convirtiendo en una alternativa laboral, pero que no cuenta con una regulación sobre cuánto se debe cobrar por este trabajo. la mayoría cobra a voluntad. según los profesores que dictan estos cursos en el ámbito de la Universidad Nacional de San Juan desde el 2007, creció un 650% la cantidad de alumnos en siete años.

En el 2003 se sancionó la ley provincial 7.412 para garantizar el acceso de las personas sordas o hipoacúsicas a la Educación, Salud, Seguridad y Justicia. En esta norma se establece que todo acto público de Gobierno, en vivo o televisado, debe ser traducido a LSA (art. 4), y que toda dependencia oficial o privada donde haya atención al público deben contar con un intérprete (art. 5). Pero, en ninguno de los artículos se menciona el tema de los honorarios que se debe percibir por esta labor. “No hay una ley que reglamente este trabajo ni que establezca parámetros de lo que se debe cobrar. Cuando alguien nos contrata para acompañarlo a hacer trámites, le preguntamos cuánto nos puede pagar. Muchas veces hacemos el trabajo por el boleto del colectivo”, dijo Alejandro Arnaez, intérprete.

Otra forma que tienen los intérpretes de establecer su tarifa laboral es debatir sobre cuánto creen que deberían cobrar según el evento. “Me contrataron para el festival de Paka Paka que se hizo en la provincia, y con mis compañeros creímos que debía cobrar $200 la hora. Cuando se lo dije a quienes me buscaron me dijeron ‘qué barato‘”, dijo Romina Pereyra.

Frente a esta situación el director de Discapacidad, Roberto Juárez, dijo que considera necesario que haya una norma que regule el trabajo de los intérpretes. “Cada vez son más quienes se desempeñan en esta profesión como también las ofertas laborales y a consecuencia de las propias leyes. Ahora, la Ley de Medios dice que los canales de televisión deben tener un intérprete y es otra oportunidad de trabajo, pero se sigue sin una norma que establezca honorarios”, dijo el funcionario.

En cuanto a la ley 7.412, Juárez dijo que de a poco se está cumpliendo. Agregó que algunos municipios, como el de Rawson, ya tienen un intérprete en atención al público, mientras que en otras reparticiones se está capacitando al personal en LSA, como es el Municipio de Capital, Discapacidad y el Ministerio de Turismo.

EN CRECIMIENTO

Cristina Graffigna y Rodolfo Vega son los dos profesores de Lengua de Señas que comenzaron a dictar cursos en la UNSJ en el 2007. Fue en la Facultad de Filosofía, dictando 3 cursos al año con un total de 60 alumnos. La demanda fue creciendo y tuvieron que incrementar el número de profesores y de cursos, y buscar otro lugar donde dar clase. En el 2014 fueron 5 los profesores que enseñaron LSA, se iniciaron 15 nuevos cursos en el año con 30 alumnos cada uno (casi 7 veces más que en el 2007), y las clases comenzaron a dictarse también en la Facultad de Ingeniería. Este incremento, según los profesores, fue porque las personas ven en la LSA una alternativa laboral o una forma de sumar puntos extras en sus otras profesiones.

Es por eso que en la actualidad, hay amas de casa, docentes, periodista, médicos y abogados que hacen un curso de intérprete.

Los cursos de LSA que se dictan en la UNSJ duran tres años y cuestan unos $3.600.