La fruta fresca es un ser vivo que, tras ser arrancado del árbol, continúa su acción fisiológica y de maduración. Durante este proceso, la fruta sufre la actividad de mohos que provocan finalmente la podredumbre. La lucha contra los mohos supone un importante reto para el sector frutícola por las pérdidas que ocasiona en la producción de frutas. Investigadores españoles han probado la eficacia de dos cepas de levaduras antagonistas que inhiben o disminuyen el crecimiento de mohos en la fruta. El biocontrol se perfila como una alternativa a plaguicidas sintéticos. Científicos de Extremadura (UEx) en colaboración con el Centro de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de Extremadura (CICYTEX), están desarrollando técnicas de biocontrol para prolongar la vida útil de la fruta y su comercialización. En el caso de la fruta, el biocontrol implica el uso de microorganismos antagonistas, levaduras que están presentes de forma natural en la fruta, y que son capaces de inhibir o disminuir el crecimiento de mohos no deseados. En nectarines y manzanas fueron capaces de controlar el desarrollo de mohos patógenos comunes en estas frutas: Penicillium expansum, Botrytis cinerea, Monilia laxa y Cladosporium cladosporioides.
