El calor de la tarde y el sol pleno no les impidió bailar sin descansar para demostrar su fe en Dios. Fueron los miles de fieles que asistieron ayer al Día de la Celebración Diocesana de la Fe que organizó la Iglesia sanjuanina en el Estadio Abierto. Unas 6.000 personas concurrieron al evento que levantaron polvareda con su baile. La jornada contó con la participación del representante del papa Francisco, Emil Paul Tscherrig, quien ofició la misa y entregó una bendición papal escrita.
Las alumnas del colegio El Tránsito de Nuestra Señora fueron las encargadas de guiar a los fieles en el baile. Hicieron la misma coreografía que bailaron los jóvenes que participaron de la Jornada Mundial de la Juventud en Brasil.
Nadie se quedó sin moverse, ni siquiera las personas que estaban en silla de ruedas. Fue tanto el entusiasmo de los presentes al bailar que se formó una nube de polvo. La polvareda fue de tal magnitud que las imágenes de santos y vírgenes que llevaron al lugar quedaron cubiertas de tierra.
Terminó la coreografía, pero la gente siguió bailando al ritmo de los cánticos religiosos o del sonar de los redoblantes de los danzantes de las diferentes vírgenes que coparon el lugar.
Pasó el tiempo, y algunos fieles comenzaron a sentir el cansancio, pero no dejaron de moverse. Si bien abandonaron el baile siguieron agitando los pañuelos y carteles al son de la música.
La euforia volvió cuando ingresó al Estadio el enviado del Papa. La gente se puso de pie para darle la bienvenida con aplausos y saltos.
El entusiasmo se renovó cuando Emil Tscherrig bajó del escenario y caminó por entre las miles de personas para arrojar agua bendita para ’limpiar los pecados’ y renovar la promesa bautismal.
Luego de la celebración de la Santa Misa, Tscherrig volvió a emocionar a los presentes. Fue cuando estiró sus manos para bendecir a todos en nombre del papa Francisco.
