El Senado seguía debatiendo anoche, tras casi siete horas de iniciadas las deliberaciones, el proyecto opositor de coparticipar la totalidad del impuesto al cheque en medio de una creciente expectativa por conocer si contaban con los votos necesarios para sancionar la norma que tiene una activa resistencia del oficialismo y el gobierno nacional.

A última hora, un grupo de los principales referentes del sector anti-K había dado una nueva redacción al dictamen mayoritario que cambia la ley de cheque a fin de eludir la exigencia reglamentaria de contar con 37 votos positivos para la norma.

El nuevo texto se limitara a proponer la derogación del artículo segundo de la ley 25.413, que establece un sistema de reparto de 70% a favor de la Nación y 30% para las provincias, por lo que, opinan, bastaría tener una mayoría simple sobre el sufragio que consiga el oficialismo.

Al eliminarse el artículo mencionado, el gravamen del cheque pasaría a ser regido por el sistema general de coparticipación que distribuye la totalidad de los fondos.

De aprobarse el texto apoyado por el arco opositor en ambas cámaras, las provincias recibirían 10.000 millones de pesos más, en función de que propone la distribución de la totalidad del gravamen y en vez del actual 30%.

Las principales expectativas de la oposición estaban centradas en la conquista del voto de varios oficialistas, pero algunos pronunciamientos, como el neuquino Horacio Lores y el apoyo sólo en general del misionero Luis Viana, junto a la ausencia de Carlos Menem y de María José Bongiorno, reducía la chance de conquistar los 37 sufragios que le hubieran dado la sanción del Senado y el paso a Diputados.

El debate de reforma de la ley del cheque comenzó a las 17.30, después que el oficialismo consiguió por 35 votos contra 34 la designación de Mercedes Marcó del Pont al frente del Banco Central.

Si la oposición fracasa en conseguir la aprobación de la ley del cheque, se habría producido la paradoja de que el oficialismo obtuvo dos victorias consecutivas en la primera sesión de la Cámara desde la renovación del cuerpo que dio mayoría a los sectores contra-K.

Desde la media tarde expusieron más de 30 oradores en un debate que se polarizó en torno del eje sostenido por el kirchnerismo sobre que la reforma resultara dañina para las provincias y convendría esperar hasta un cambio global de la coparticipación federal, contra la opinión de los opositores que sostenía la urgencia de un cambio inmediato para suministrar 10.000 millones de pesos para los distritos del interior.

Al promediar el debate, el neuquino Horacio Lores anunció que votaría en contra porque consideró que la norma en discusión era “regresiva e inequitativa”.