Otra vez los líquidos cloacales generaron problemas en San Juan. Ayer por la mañana, el agua de las cloacas comenzó a drenar por el resumidero del baño en una vivienda ubicada en Avenida Libertador, en la zona de Desamparados, en un lugar en el que no han cambiado todavía los caños de la red (varias cuadras al Este de donde se rompió el caño nuevo de agua potable en esa avenida). El agua inundó parte del garaje y un negocio que hay adelante de la casa. Además, estaba inundado el garaje de la casa de un vecino. La gente del barrio estuvo toda la mañana con el agua hasta el cuello y soportando el olor nauseabundo que había invadido su vivienda. Hasta que, por la tarde, llegaron los operarios de OSSE, descubrieron que la cañería madre estaba tapada y solucionaron el inconveniente.
Mori de De la Vega, que vive en una casa ubicada sobre Libertador pasando Echeverría, se levantó ayer como todos los días. Pero, cerca de las 9, comenzó a notar que parte de su casa comenzaba a inundarse con agua que salía del resumidero del baño. La mujer empezó a limpiar, hasta que sintió un olor extraño, como a podrido, que invadió toda la casa. Así descubrió que se trataba de líquidos cloacales.
El agua inundó el baño, la lavandería y bajó por unas escalaras, según cuenta la mujer, en forma de catarata, hasta copar el garaje de la casa. Luego, drenó por una rejilla que hay en el lugar para desagotar el agua de lluvia.
Según contó Jorge de la Vega, su marido, el agua siguió saliendo hasta alrededor del mediodía. Y también inundó el salón que hay adelante de la casa, que alquilan como negocio comercial, y la casa de un vecino que, al llegar del trabajo y ver la situación, cerró la vivienda y se fue porque no soportaba el olor. El líquido también se rebasó por la tapa de la cloaca que hay en el medio de la calle, e inundó parte de la esquina.
Pasado el mediodía, el olor nauseabundo podía sentirse desde la vereda. El líquido que salía por el resumidero había cesado y quedaba un charco pequeño al lado de la tapa de la cloaca. Pero los vecinos temían que el agua comenzara a fluir nuevamente, ya que aún no se había acercado nadie de OSSE a verificar la situación. "Empezamos a llamar por teléfono a OSSE a las 9. Llamó mi esposa, llamé yo, llamó el vecino y también los dueños del negocio. Nos dijeron que ya tenían asentado el reclamo, pero no vino nadie a ver qué pasaba hasta alrededor de las 17", comentó De la Vega. A esa hora, los operarios de OSSE determinaron que la cañería estaba obstruida y la destaparon. Usando un gancho de alambre, sacaron mucha basura apelotonada y hasta pedazos de trapos.
