El viento caliente se hizo sentir aún cuando la noche estaba avanzada. Las persianas de los negocios habían bajado hace varias horas y ya no quedaban artesanos apostados en el piso. Un sonido inusual invadió el lugar. Intenso, casi insoportable. El polvillo blanco se entremezcló con las ráfagas de viento. Además de un par de policías ubicados en el corazón de la Peatonal Domingo Faustino Sarmiento, cuatro obreros municipales, fueron las únicas personas que pasaron la noche completa en ese lugar. Pulir el piso, limpiar los canteros y cambiar artefactos lumínicos es lo que empezaron a hacer el jueves pasado, pero no en el horario habitual de trabajo municipal. Lo hicieron desde las 22 hasta las 6 de la mañana, para no incomodar a los peatones.
Esta modalidad de trabajo continuará durante 60 días, que es lo que se prevé que durará la limpieza profunda en la peatonal.
“Es mejor este horario para trabajar porque no se molesta a nadie. El pulido del travertino requiere máquinas especiales y que pueden ser molestas para los peatones”, contó Andrés Fernández, uno de los 4 obreros que la Municipalidad de la Capital destinó a la limpieza nocturna de la peatonal. La tarea comenzó el jueves pasado por la noche, después de haber sido suspendida en varias oportunidades, primero por el primer partido de la Copa América, y luego por la llegada de turistas por las vacaciones de invierno.
Mate mediante para sobrellevar la noche, los obreros se adueñaron de la peatonal. El trabajo no fue fácil. La pulidora, que funciona con arena y agua, levantaba un polvillo inaguantable. Una bufanda colocada en la cara, a modo de barbijo, hizo que uno de los obreros pudiera trabajar mejor. En medio de la noche, lo único que sobresalió fueron los chalecos naranja de los municipales.
No es usual que la comuna limpie espacios públicos en este horario. Pero fue una decisión que tomaron para evitar problemas en la peatonal. El polvillo y el ruido que producen las máquinas también son molestos para los comerciantes y los locales que están en esa zona, que es el corazón del microcentro sanjuanino. Se estima que la tarea de limpieza estará lista a fines de septiembre. Además de pulir el piso, en el que el mayor problema son los chicles pegados en el travertino, cambiarán las baldosas de piedra que están rota y algunas cañerías de regadío de los canteros. Y si bien hay obreros que están trabajando durante el día, la tarea que más molestia ocasiona, la están haciendo de noche.
Una escena que se repite todas las noches es que ni bien los locales de venta de comida, empiezan a guardar sus mesas y sillas y bajan la persiana, los municipales descargan todas las herramientas de limpieza de un camión que estacionan por Avenida Central.
Lo que están haciendo es una tarea de limpieza profunda y pulido de todos los pisos del principal paseo céntrico. Hay tres tipos de pisos que requieren, cada uno, una tarea distinta de limpieza y esto es lo que más tiempo llevará.
