San Juan.- Se espera que en abril todas las líneas de colectivo ofrezcan la posibilidad de pagar el boleto utilizando la tarjeta SUBE. Por eso, el Gobierno informó un listado de negocios en los que se pueden adquirir y recargar. Sin embargo, DIARIO DE CUYO recorrió algunos de esos negocios y detectó diversos problemas.
En la mayoría de los casos, los vendedores informaron que no cuentan con el plástico desde hace entre 1 y 3 semanas y no saben cuándo las tendrán. Según explicaron, ellos hicieron los pedidos, pero les dijeron que no tienen en stock.
“Hace 3 semanas que estoy pidiendo las tarjetas, pero no llegan. La gente se enoja, pero nosotros no podemos hacer nada”, comentó Sandra Cataldo, dueña del kiosco que está frente al hospital Marcial Quiroga.
Otro de los inconvenientes es que cada negocio tiene un límite de dinero establecido para poder recargar. Las sumas van de los 1.000 a los 10.000. Cuando superan ese tope, lo que suele pasar varias veces al día, deben llamar para pedir que se los renueven y esperar bastante tiempo o, de lo contrario, se quedan sin el servicio hasta el día siguiente.
“Nosotros tenemos un límite establecido de 1.000 pesos. La gente recarga hasta $300, entonces ese cupo se termina muy rápido. A veces sólo nos dura una hora. Después tenemos que llamar para pedir la ampliación del cupo y se demoran alrededor de una hora más en hacerlo”, explicó Víctor, del kiosco de Libertador y Urquiza.
Otro punto en contra, es que muchos de los kiosqueros están pensando en no ofrecer más el servicio. Es que, además de los problemas que les genera, no tienen ganancia. Según contaron, el porcentaje que ganan por la venta de la tarjeta es mínimo y por la recarga no tienen ningún tipo de ganancias, pero sí, pérdidas.
“Por la recarga no cobramos nada. Pero sí gastamos en Internet, el mantenimiento del sistema y el papel para los tickets. Es decir, perdemos plata”, contó Ricardo Bragagnolo, del kiosco de Rawson y Benavides.
En cuanto al listado, hay muchas direcciones incorrectas y kioscos que en realidad no ofrecen el servicio. “Yo tuve tantos problemas que dejé de trabajar la SUBE. Pero la gente viene igual, porque mi kiosco sale en el listado. No me quedó otra que poner carteles en la puerta informando que no vendo ni recargo la tarjeta”, contó el dueño del kiosco de Libertador pasando Tucumán.
