Quizás si el documental hubiese sido estrenado hace 42 años, como debía ser, muchos de los protagonistas hubiesen estado allí, riendo, disfrutando. Incluso hubiese estado Jorge Preloran, el director. Pero el documental ‘Valle Fértil’, filmado entre 1966 y 1972, fue prohibido en época militar y durante más de cuatro décadas conoció de oscuridades y olvidos, por lo que el esperado estreno tuvo mucho de ausencias y recuerdos. El viernes por la noche y en el Salón de Cultura de Valle Fértil, la película finalmente fue exhibida en el pueblo después de cuatro décadas, tras ser rescatada en una extensa tarea de investigación. De los 14 protagonistas quedan 3 sobrevivientes y 2 de ellos pudieron ver el documental por primera vez, mientras que a la función también asistieron familiares de otros personajes, en una jornada inolvidable para el pueblo vallisto. El Salón de Cultura Municipal, a pleno, se plagó de lágrimas, risas, aplausos y emociones intensas, en la noche perfecta que su realizador soñó pero que no pudo ver. Preloran falleció en 2009.

De los personajes en los que se basa el documental ‘Valle Fértil’, sólo Evaristo Elizondo (82) y Hugo Villafañe (59) presenciaron la función. La tercera sobreviviente, Nicolasa de Fernández (85), no pudo hacerlo por problemas de salud, pero en su lugar asistieron sus hijas.

Evaristo fue el primero en llegar al salón, tomado del brazo de su esposa, Rosanélida, y escoltado por algunos de sus 10 hijos, 40 nietos, 15 bisnietos y su tataranieto. ‘Jorge (Preloran) vino varias veces a mi casa para filmar cómo hacía los estribos en madera y recuerdo todo con mucho cariño. Pero verme por primera vez en la pantalla fue muy emocionante, tan joven, con tanta fuerza… Ahora ya estoy viejo y un poco enfermo. También me emocionó ver a algunos de mis niños, que eran chiquitos y hoy son padres de familia’, contó Evaristo. El hombre aún conserva una carta que Preloran le envió el 21 de abril de 1971, contándole que seguía trabajando en el documental y que esperaba que su filmación contribuyera a llevar turistas al Valle, para que Evaristo pudiera vender más de sus trabajos en madera.

Hugo Villafañe es hijo de Santos, el baqueano que ayudó al director en la logística y que le iba presentando los personajes. Como el documental tardó 6 años, Hugo apareció en las primeras imágenes con 11 años y en pantalones cortos; pero en la parte final ya lo hizo con 17, sombrero, camisa y trabajando en el campo. ‘A mis hijos y nietos siempre les conté que había estado en una película, pero hasta ahora no habían sido más que relatos. Yo estaba todo el tiempo con mi padre y con Jorge y algunas veces, de intruso, agarraba la cámara y hacía que filmaba. Poder ver el documental por primera vez después de tantos años fue tal como lo imaginaba, no sé por qué’, dijo. ‘Lo más emotivo fue ver de nuevo a mi papá, andando a caballo, sacando mica de las canteras, sabía hacer de todo. Él murió en 1990 y al igual que Jorge, se fue sin poder ver la película en el pueblo y junto a su familia’, contó Hugo.

En tanto, Adela, Sabina, Blanca, Regina y Zenona son hijas de Nicolasa de Fernández y las mujeres a lo largo de la película cambiaron lágrimas o risas cuando apareció su madre tejiendo o ellas mismas, escondidas por pedido de Nicolasa. ‘Mi mamá nos decía que no molestáramos durante la filmación, así que mirábamos todo escondidas detrás de los árboles. Preloran parece que nos vio, nos filmó y lo puso en el documental’, se emocionó Adela.

El final de la proyección, que contó con más de 300 espectadores, tuvo el aplauso de pie de los asistentes. Luego realizaron un reconocimiento público porque post mortem acaba de cumplirse el sueño de Preloran: que el pueblo viviera su noche de estreno.

También regalaron presentes a las personas que trabajaron durante la investigación y en el cierre anunciaron que la copia del documental quedará resguardada en la Biblioteca Sarmiento y que realizarán una normativa para que nunca más salga del lugar.