-¿Cómo describirías este presente de UPCN?
-Sin dudas que es el equipo que soñamos siempre. Desde el primer año que empezamos a trabajar, soñábamos un equipo así. Cambiamos mucho y este año nos dimos cuenta que era éste el juego que queríamos: atacar sin descuidar la defensa. Trajimos jugadores en los que la gente no creía en ellos y no nos defraudaron.
-¿Hay algún jugador en el que te veas identificado?
-Martín Ramos me hace acordar mucho a mí. A él es al que más consejos trato de darle. Ninguno de los chicos me han visto jugar, así que yo por ahí les digo "ya les voy a traer un video para que vean como era yo’, pero se los digo en chiste, nunca trato de ponerme como ejemplo.
-¿Cómo fue tu paso por el exterior?
-Yo me fui con 23 años a Italia, tenia el mundo en mis manos con la libertad que tenía. Me pagaban bien así que sentía una libertad de poder hacer lo que quisiera y además era jugar en el primer nivel del mundo. Siempre añoro esa época.
-¿Te perdiste algo en esa época de tu juventud?
-Siempre cuando practicás deportes perdés cosas. Yo me perdí el viaje y el baile de egresados, todo porque tenía que jugar campeonatos. Perdí mucho tiempo sin ver a mis amigos porque antes no había tanta comunicación como existe ahora.
-¿Te tocó vivir alguna época dura en tu carrera?
-Epocas duras no, pero recuerdo que en 1990 jugaba en Buenos Aires con Quique Valle (NdR: actual manager de UPCN). En ese tiempo no había Liga Nacional, entonces los sueldos eran mucho menor a lo que son hoy, pero nos daban departamento y comida. Entonces una vez nos dimos cuenta con Quique que con los sueldos de los dos en el mes llevábamos una vida de medio pelo. Entonces dijimos vivamos 15 días de ricos y 15 días de pobres, y así fue. No daba para ahorrar o mandar plata a la familia, por eso aprovechábamos y nos dábamos los gustos.
-¿Qué implicaba "darse los gustos’?
-Comprarnos los que quisiéramos, salíamos a bailar o a cenar. Eso era en Buenos Aires. En Europa era distinto, la movida nocturna era más temprano que acá en Argentina. Allá a la 1.30 ya estabas durmiendo. Igual, los jóvenes son iguales en todos lados: ganas de salir a bailar a los 23 años tenés siempre, pero claro que debés priorizar el trabajo. Si jugas un domingo, un sábado no podes salir.
-¿Sentiste susto alguna vez en un viaje?
-Sí. En el ’87 viajé con la selección para jugar el Mundial juvenil en Varenne, Italia, justo cuando estaba la Guerra del Golfo Pérsico y quedaba cerca así que estaba el ambiente un poco difícil. Por ahí estabamos durmiendo y escuchábamos los estruendos de las bombas. Estabamos atemorizados, pero por suerte no pasó nada.
-¿Y el viaje que más te gustó?
-Creo que este último a Brasil por el Sudamericano. Fue espectacular estar con los equipos brasileños que tienen los mejores jugadores del mundo como Dante, Bruno, Lucas, y vernos en el podio arriba de ellos. No lo podíamos creer. Fue algo increíble.
-¿Y los festejos por el título?
-Tranqui (risas). Terminamos de comer en un restaurant del hotel y estabamos tomando, gritando "dale campeón’ y nos dijeron que tenían que cerrar así que compramos cerveza y nos quedamos en la vereda festejando. Después llegaron los jugadores de Uruguay y Perú, y se quedaron festejando con nosotros.
