Con oficio, calidad y esa habilidad para aprovechar los momentos claves. Eso le bastó a Atenas de Pocito para doblegar a Villa Obrera que había comenzado ganando para terminar con goleada en el debut de ambos en el Torneo Argentino B, en un encuentro disputado ayer en el Estadio del Bicentenario. Fue 4 a 1, pero la diferencia podría haber sido aún mayor si Atenas hubiese aprovechado la desesperación del conjunto villero, en el arranque del grupo 4. El Mirasol había comenzado perdiendo pero en solo quince minutos, lo dio vuelta y lo liquidó cuando igual quedaba mucho por delante.

Había comenzado mejor Villa Obrera. Los desbordes de Carmona y Amaya en el que hizo de local pusieron contra las cuerdas al equipo Mirasol varias veces. Atenas, atento en cada ataque chimbero, mostró poco y casi nada en ese primer parcial. Con decir que la primera ocasión para los pocitanos llegó a los 25’ por medio de Kevin Bronvale con un desborde desde la derecha que terminó desviando su remate por encima del travesaño. Villa Obrera fue inteligente y a los 31’ Gaetán jugó bien un balón, metió el centro para que Federico Amaya -post rebote del arquero Domínguez- la mandara al fondo de la red. La ventaja la sintió Atenas que no bajó los brazos hasta llegar a la igualdad que apareció casi al finalizar esa etapa. Iban 44’ cuando Roberto Soria bajó a Kevin Bronvale en el área y el árbitro Sebastián Fernández avaló el penal, marcado por el primer asistente Gabriel González. Y Miguel Molina lo terminó cambiando por gol. En el complemento Atenas arrancó con todo y en 15’ desató la tormenta en la Villa. Al minuto, Kevin Bronvale partió solo desde el mediocampo y ante la ausencia de defensores y el intento en vano de Aráoz, el menor de los Bronvale no perdonó: con su remate cruzado definió para el 2-1. Ahí comenzaba la pesadilla para La Villa. A los 6’, Franco Arena se encontró con un balón a 30 metros del arco del ‘Payaso’, le dio como venía y terminó colocando la pelota en el ángulo. El 3-1 fue mucha ventaja para los pocitanos que no aflojaron y 10’ después liquidaron el partido. Nuevamente gracias a los errores defensivos de la Villa y con el gol de Juan Castro cuando todavía faltaba mucho tiempo por delante. Lo liquidó a los 16’, porque Villa Obrera nunca pudo salir de ese pozo anímico si bien intentó más con ganas que con fútbol llegar al descuento, Atenas se lo impidió y festejó un valioso triunfo que lo hace soñar de cara al futuro.