“Como no sabía la diferencia que había la última vuelta la di muy concentrado en esquivar cualquier piedrita”, explicó Pí con respecto a los temores que azotan a los ciclistas que están a escasos pasos de la gloria.

“La gente me empujó, a mí y a Pedro, en la penúltima vuelta nos pedían que nos escapáramos, que lo dejáramos a Messineo (Leandro, el medalla de plata). Después, cuando me fugué, si hubiesen podido me hubiesen empujado. Muchos corrían a mi lado. Me emocionó ver al doctor Iturrieta (Ricardo) bajar corriendo desde el lateral de la Avenida para alentarme. Fue muy lindo. Pero recién me solté cuando faltaban 500 metros y vi que nadie podía quitarme el título. Ahí comencé a festejar con toda la gente”, contó el flamante campeón argentino de ruta.