Después de pasar una noche en el cumpleaños de uno de sus amigos, César Ocampo, un joven albañil de 18 años, enfiló rápido en su costosa bicicleta de carrera hacia su casa en el barrio Talacasto, Chimbas. Eran las 6.15, y como se le había hecho tarde, decidió que no dormiría y que pasaría "de largo" al trabajo. Al menos esa era la intención del muchacho, porque unos metros antes de llegar a su vivienda se desataría un drama, que de milagro no terminó en tragedia. Cuatro sujetos le salieron al cruce y de inmediato lo bajaron de la bicicleta a punta de armas de fuego. El joven no se amilanó y les hizo frente a los ladrones, sin soltar el rodado. Los delincuentes lo golpearon y uno de ellos, le dio un cachazo en la cabeza. Allí, el albañil cayó al piso, mientras dos de los agresores escapaban en la bicicleta. Después, el muchacho se levantó y los persiguió sin medir el peligro de esa acción. En ese momento, uno de los ladrones se bajó del rodado y lanzó tres tiros para cubrir su escape. Uno de los balazos le dio en una rodilla al muchacho y así lograron huir con el botín.
El violento ataque contra Ocampo sucedió unos metros antes de llegar a su casa de la manzana E, en la plaza del barrio Talacasto, Chimbas. El joven vive con su madre, sus dos hermanos y es el único sostén económico, contó el albañil. Es fanático del ciclismo y sobre todo del reconocido pedalero, Oscar Villalobo. Por eso siempre había tenido bicicletas de carrera para movilizarse y desde hacía 3 meses tenía ese rodado que le costó $2.000, aseguró Ocampo. "Es la tercer bicicleta que me roban y por eso no quería entregarla. Me costó mucho sacrificio y no la iba entregar así nomás", aseguró molesto el obrero.
Pero esa acción pudo terminar en algo mucho peor, porque cuando lo abordaron los sujetos armados, no dudó en agarrarse a las trompadas con todos para no entregar la bicicleta. En plena trifulca, uno de los asaltantes armado lo golpeó en la cabeza y lo dejó mareado, dijo el muchacho. Ahí fue que los ladrones se dispersaron y dos de ellos subieron a la bicicleta para huir.
"Yo los seguí como pude y les tiraba piedras desde atrás para que no se la llevaran. Uno de los tipos se bajó y disparó dos veces al aire. El tercero me lo tiró a mí", recordó Ocampo.
Ese último proyectil es el que le perforó la rodilla derecha mientras los perseguía. A unos metros, la pierna no le respondió más y el joven cayó al piso.
Luego, un vecino socorrió al obrero que afirmó que "si vinieran a robarme de nuevo, haría lo mismo". Una acción no recomendada por la policía: "Lo importante es priorizar la vida antes que perderla por una bicicleta. No hay que resistirse ante delincuentes armados, porque todo puede terminar peor", recomendó el subcomisario Omar Díaz, al frente de la subcomisaría del Bº Cipolletti, a cargo del caso.
