Leal, honesto y capaz de jugarse la vida (literalmente) por los hombres en los que creía, Francisco Narciso Laprida fue un sanjuanino con gran cantidad de facetas por las cuales ser recordado.
El informe Francisco Narciso Laprida: Su trascendencia en la historia argentina, presentado por Carlota Guzzo Conte Gand de Ronchietto, en el aniversario año 176 de su muerte, en el Congreso de la Nación, revela información clave para reconstruir el perfil de este prócer.
1- Nació el 28 de octubre de 1786 y sus padres fueron José Ventura de Laprida y María Ignacia Sánchez de Loria. Durante su infancia vivió en una casa sobre calle Cabildo (donde hoy está la Galería Laprida), a sólo una cuadra y media de la Plaza Mayor, actualmente plaza 25 de Mayo.
2- Sus padres le dieron importancia a sus estudios desde que era pequeño. A sus primeras letras las aprendió en la Escuela del Rey, la única de San Juan, desde 1775 hasta 1799. Luego, lo enviaron a estudiar al Real Colegio de San Carlos, en Buenos Aires, decisión que él mismo agradeció: ‘Han tenido que sostenerme en medio de su escasez y a costa de considerables sacrificios‘, recordó Laprida más tarde. En 1803, a falta de una universidad en Buenos Aires, sus padres lo mandaron a Santiago de Chile, donde se graduó de Bachiller en Leyes y de Licenciado y Doctor en Cánones y Leyes, a fines de 1810. En ese contexto, pudo aprender sobre las distintas formas de gobierno y, a la vez, se relacionó con muchas personas con las que forjó su perspectiva americanista.
3- A partir de 1815 llegó la gran oportunidad de Laprida. Con el arribo de José Ignacio de la Roza a teniente gobernador de San Juan y de José de San Martín como gobernador de la Intendencia de Cuyo, pasó de ser cabecilla de la oposición a hombre de gobierno. Ese año, con el firme propósito de la declaración de la Independencia, se organizó el Congreso de Tucumán. En septiembre, Laprida fue elegido diputado por San Juan, desde ese lugar acompañaría al ya elegido Fray Justo Santa María de Oro. Pero tan fuertes eran sus convicciones que decidió objetar la validez de la designación. El motivo: en la elección sólo habían participado los cuarteles de la ciudad y no quienes vivían en la zona de los arrabales y la campaña. Aunque, ante la situación de urgencia, tanto el Cabildo como San Martín rechazaron la autoimpugnación.
4- Aunque era uno de los diputados más jóvenes, tras 4 meses de reuniones, Laprida fue elegido para presidir el Congreso. Con su espíritu de trabajador y sabiendo que San Martín necesitaba la Independencia para cruzar la Cordillera y liberar a Chile, lo primero que hizo fue solicitar que las reuniones comenzaran a ser diarias. Después le dio prioridad al tercer punto del Plan de Materias, denominado ‘Discusiones sobre la independencia y manifiesto de ella‘. Como consecuencia, el 9 de julio de 1816 se declaró la ‘Independencia de la Provincias Unidas de Sudamérica‘.
5- En marzo de 1818 le informaron que su papá estaba gravemente enfermo, por lo que decidió volver a la provincia. Tras la muerte de su padre, Laprida se casó con su prima, Micaela Sánchez de Loria, con quien tuvo a sus hijos Clarisa del Carmen, María Regina y Amado.
6- El sanjuanino fue también teniente gobernador de la provincia, a lo largo de 3 meses, durante la ausencia de Ignacio de la Roza, quien debió viajar a Buenos Aires. En ese momento, la situación en San Juan era compleja tanto a nivel económico como social. Sin embargo, Laprida logró ocuparse eficazmente de la situación. Entre otras cosas, organizó el servicio de correo, reabrió el camino a Coquimbo en Chile (hoy paso de Agua Negra) y firmó el contrato para la construcción del canal de Pocito. Tanto hizo en sólo 3 meses que, cuando De la Roza regresó, el cabildo se resistió a recibirlo y le ofreció el cargo a Laprida de modo definitivo, título que rechazó por lealtad a su amigo.
7- Tras el levantamiento del Regimiento 1º de Cazadores al mando de su propio cuñado, el coronel Mendizábal, De la Roza fue apresado e instruido para ser fusilado al día siguiente. Pero, una vez más teniendo en cuenta su amistad, Laprida se presentó en la cárcel vestido de clérigo, con la intención de intercambiar lugares y así liberar a De la Roza. La operación no tuvo éxito, ya que fue descubierto, pero este incidente hizo que en lugar de ser ejecutado, De la Roza fuera enviado preso a La Rioja.
8- Depuesto ese mismo año Mendizábal y asumido como gobernador José Antonio Sánchez, Laprida fue enviado en una misión a Chile. A su regreso, 2 años más tarde, trajo desde el país transandino el Sauce Llorón. En 1824 fue elegido vicepresidente del Congreso y en 1825, presidente. Cuando hubo que definir la forma de gobierno, Laprida optó por la Forma Representativa Republicana, que fue adoptada por la Constitución de 1826. Sin embargo, finalmente el Congreso se disolvió y todo fracasó.
9- En 1827, Laprida volvió a San Juan, ‘su país‘ como la llamaba, y por las diferencias ideológicas con los gobiernos de ese momento, decidió retomar su profesión de abogado. Con Echegaray Toranzo, hombre de Facundo Quiroga, a cargo de la gobernación, Laprida fue identificado como uno de los políticos que formaron parte de la revolución y perseguido por sus ideas. Como consecuencia, emigró a Mendoza con su familia.
10- En la vecina provincia se alistó como cabo en el ‘Batallón del Orden‘, donde cumplió su último desinteresado y heroico acto: ayudó a escapar a Domingo Faustino Sarmiento, quien en ese momento tenía 18 años, en el Desastre del Pilar, pagando con su propia vida. Las tropas del caudillo federal mendocino José Félix Aldao mataron a Laprida y mientras una versión sostiene que lo degollaron y decapitaron, otra dice que lo enterraron hasta el cuello y le hicieron arrancar la cabeza con un tropel de caballos. Como sea, el cuerpo de Laprida jamás fue encontrado.
Ilustración: Diego Castillo
