En pleno auge del justicialismo, los legisladores sanjuaninos de esa fuerza homenajearon en vida a sus 2 máximas y emblemáticas figuras al colocarle sus nombres a 2 departamentos de la provincia. Por ley, Pocito pasó a llamarse Presidente Juan Perón y Caucete como Eva Perón. Fue el 8 de enero de 1952, durante la sesión de la entonces Cámara de Representantes, la cual no estuvo exenta de una acalorada discusión entre el oficialismo y la oposición. Se trató de una clara demostración de la devoción del Gobierno local, del mismo signo político, por el fundador del peronismo y “la abanderada de los humildes”, quienes habían ayudado a la provincia tras el terremoto de 1944. Sin embargo, las nuevas denominaciones de los distritos duraron tan solo 3 años, ya que el golpe militar de 1955, autodenominado como Revolución Libertadora, prohibió toda referencia y mención que hiciera recordar al régimen o inclusive a su líder, lo que quedó plasmado con el salvaje decreto de “prohibición de elementos de afirmación ideológica o de propaganda peronista”.
La ley que renombró a Pocito y Caucete es una de las tantas que ha relevado el equipo de trabajo que lleva adelante la confección del Digesto Jurídico, el compendio de aquellas normas que se encuentran vigentes y de aquellas que han quedado obsoletas o han cumplido su fin. En este caso, la ley que impuso los nombres de Perón y Eva a los departamentos fueron derogadas por el decreto militar de alcance nacional, por lo que formarán parte del Digesto histórico.
El proyecto surgió como iniciativa del Poder Ejecutivo, que en 1952 comandaba Elías Amado, quien había reemplazado al gobernador peronista Ruperto Godoy, luego de que este falleciera 2 años antes por un paro cardíaco. La propuesta original en realidad apuntaba a reemplazar el nombre del municipio Rivadavia por el de Eva Perón y colocarle Rivadavia al de Chimbas. Sin embargo, cuando ingresó a la Cámara de Representantes, el diputado oficialista Marinero propuso una modificación y propició que “los ricos y progresistas” distritos de Pocito y Caucete reciban el nombre de Presidente Juan Perón y Eva Perón respectivamente. De Evita señaló que “incansablemente trabaja por la felicidad de la patria y por el bienestar de los humildes”, mientras que al extender el homenaje al presidente, remarcó que “va también en mérito de la obra extraordinaria de nuestro conductor”. Desde el radicalismo, el legislador Basualdo se opuso a un homenaje “a los hombres contemporáneos”, para luego destacar que “estamos viviendo una época funesta y sombría”, en la que remarcó la falta de libertad. Tras esos comentarios, fue acusado de recibir dinero de (Spruille) Braden, el embajador norteamericano que apoyó la oposición contra Perón en las elecciones de 1946. Luego de las discusiones, el oficialismo impuso su mayoría y el proyecto se transformó en la ley 1.741.
Así, los municipios comenzaron a llamarse con sus nuevos nombres y dichas constancias figuran, por ejemplo, en las publicaciones de la época de DIARIO DE CUYO (ver aparte).
Sin embargo, el 16 de septiembre de 1955, un golpe militar derrocó a Perón y dictó un decreto que prohibió la utilización de cualquier referencia al peronismo, dado que el “régimen desplegó un tipo de propaganda, que ofende el sentimiento democrático del pueblo argentino, constituyen para este una afrenta que es imprescindible borrar, porque recuerdan una época de escarnio”, según consta en los fundamentos de la norma.
Miguel Videla, profesor de Historia y exintendente de Caucete, dijo que tras el golpe, el busto de Evita fue arrancado de la plaza principal, tirado con cadenas y exhibido por la ciudad. Los departamentos recobraron sus antiguos nombres, pero la historia no se borró, como quiso la dictadura militar de 1955.
