Los sobretodos y los abrigos fueron unas de las prendas que más se observaban en medio de la fría noche. Alrededor de unas 20 personas se acercaban hasta la puerta de la Antigua Bodega para poder verle la cara a los presidentes. De todos modos, los autos que trasladaban a los mandatarios tenían vidrios lo suficientemente polarizados como para evitar ser reconocidos a simple vista.
