Londres.- Por momentos parecía que la garra de Sudáfrica lograría imponerse, pero al final primó el buen rugby de Nueva Zelanda . Dos veces lograron los campeones del mundo quebrar la férrea resistencia del rival que le valieron dos tries, suficientes para ganar el partido 20-18 y alcanzar la final del Mundial por cuarta vez en su historia. Los All Blacks ya esperan en la definición del sábado próximo en Twickenham. Será ante los Pumas o Australia, que juegan mañana, a las 13, hora de la Argentina.
Nueva Zelanda, el mejor equipo de los últimos ocho años, debió luchar mucho para imponerse a un equipo aguerrido que nunca paró de tacklear y le disputó la pelota en los puntos de contacto, pero terminó demostrando, pese a las dificultades que impuso la lluvia, que era muy superior.
Así, los All Blacks tendrán la posibilidad de defender el título conquistado en 2011 e irán por su tercera corona (la primera fuera de su tierra, ya que también se consagraron como locales en 1987), algo que nadie logró hasta aquí.
A los 6 minutos los All Blacks lograron quebrar la resistencia sudafricana por única vez en el primer tiempo cuando, luego de un line-out rápido, Jerome Kaino quedó mano a mano con Lood de Jager en la punta, pero de un handoff zafó del tackle y apoyó contra la bandera. El resto del período continuó con la misma tónica: Nueva Zelanda teniendo la pelota y atacando (65% de posesión, 72 de territorio en el parcial), Sudáfrica tackleando a destajo, obligando a los All Blacks a usar el pie o recuperando la pelota en el breakdown y capitalizando sus incursiones ofensivas mediante penales (forzó siete en el primer tiempo) que acertó Handré Pollard (5/5). Así se fue al descanso en ventaja 12-7.
Los campeones del mundo salieron al segundo tiempo con otra agresividad y rápidamente dieron vuelta el partido, aun con uno menos por la amonestación a Kaino, primero con un drop de Dan Carter y luego con el try de Beauden Barrett luego de una gran acción individual de Ma’a Nonu para generar el espacio dos contra dos (17-12).
Sudáfrica emparejó merced a la fuerza de sus forwards (dominó el scrum y el maul y ganó penales a través de ellos, pero tuvo un line-out extrañamente muy flojo, cediendo cuatro envíos propios), y aún cuando nunca pudo romper la defensa rival, siguió sumando con el pie y llegó a los últimos minutos abajo por dos (20-18).
La llovizna del inicio se convirtió en una lluvia copiosa y la pelota se hizo muy difícil de controlar. En la única incursión ofensiva que tuvo Sudáfrica en los últimos 10 minutos terminó cometiendo knock-on y luego, apretado contra su in-goal, no pudo forzar el milagro. Nueva Zelanda defenderá el título el próximo sábado en Twickenham.
