Al locro lo hizo el DIM 22, y las empanadas y las pizzas las llevó la gente, pero al postre lo pusieron los vendedores ambulantes.
Como es habitual en todos los eventos de este tipo, los vendedores callejeros aprovecharon y ofrecieron pochoclos, praliné, pastafloras, turrones, algodones de azúcar y golosinas a precios accesibles.
