Sin más alternativas que la de apelar al uso racional de los usuarios, el ministro de Planificación Federal ha reconocido que este verano aumentarán los cortes de energía eléctrica por los mayores pico de consumo que originan las altas temperaturas, lo que revela la precariedad del sistema y la falta de inversiones para hacer frente a la creciente demanda energética.

Según Julio De Vido durante el verano el consumo eléctrico nacional va a estar en unos 1.500 megavatios por sobre el registro del verano pasado y la posibilidad de cortes se va a incrementar, por mayor esa demanda y evidentemente "’algún cable puede fallar”. Pero antes de llegar a la fallas probables, las empresas que prestan servicios energéticos en el área metropolitana ya recurrieron a una interrupción rotativa del suministro que afectó a 80.000 usuarios porteños como medida anticipatoria, de acuerdo a lo confirmado ayer por el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, en cuanto a la necesidad de ejecutar estos cortes selectivos para evitar que colapse todo el sistema.

A juicio de Capitanich, si no se hubiese producido crecimiento económico y desarrollo, seguramente no se producirían ahora inconvenientes en el suministro de energía eléctrica, y estimó que se trata de "’un problema de correlación de velocidades”, porque la velocidad de crecimiento de la demanda es superior a la velocidad de ejecución de los programas de inversión para atender esa demanda, según explicó en su habitual contacto con la prensa.

Lo cierto es que en tal correlación de las velocidades se encuentran la marcha normal del crecimiento de los usuarios y prácticamente la inmovilidad de las inversiones para atender esa mayor demanda, más allá de los picos de temporada o consumos puntuales. Pero también como ocurrió en nuestra ciudad y en el Gran San Juan, el 22 de octubre último, con un apagón de 25 minutos por la precariedad en el sistema de la transportista Distrocuyo, que provocó además una explosión en un interruptor en la Estación Transformadora San Juan, según informó entonces el presidente del EPRE.

El problema de la falta de inversión y de eficiencia en el sistema tampoco es nuevo y supera a esta década, ya que el desequilibrio entre oferta y demanda energética hizo crisis durante el gobierno de Raúl Alfonsín, cuando apareció el novedoso mecanismo de los denominados "’cortes programados y rotativos” de luz, con los que se alertaba a diferentes áreas urbanas y rurales sobre los apagones, a fin de hacer previsiones en los hogares y las industrias.