"Ya tenemos un espacio geográfico en la provincia, la gente nos identifica allí y si nos mudamos, según nos dicta la experiencia, vamos a perder de 7 a 8 meses de ventas", dijo ayer Angel Bracco, el presidente de la Asociación de Artesanos Las Pulgas, el paseo que todos los domingos por la tarde y noche abre por Libertador, frente al Parque de Mayo. De esta manera, el titular de la ONG manifestó que los 140 artesanos nucleados en ella están "totalmente en contra" del proyecto municipal de trasladarlos casi 300 metros al Noroeste, junto al Monumento al Deporte.
Esa idea había sido expuesta por el propio intendente Marcelo Lima la semana pasada, durante el acto de apertura de sesiones del Concejo Deliberante de la Capital. Dijo que uno de los principales planes para este año de gestión municipal era mudar la actual Feria de las Pulgas porque "está saturada en su capacidad" y presenta "serios inconvenientes operativos".
Como respuesta, ayer Bracco dijo que "no estamos excedidos, tenemos capacidad para 70 puestos más"; con respecto a los problemas operativos, argumentó que "eso es totalmente falso, recibimos un premio por tener la personería jurídica mejor llevada de la provincia, con todo al día".
Uno de los puntos que dividen las aguas es que cada domingo, son varios los miles de personas que visitan la Feria de las Pulgas. En el municipio lo leen como una necesidad de tener un espacio más amplio y cómodo para la gente. Los artesanos, en cambio, lo ven como el signo más fuerte de que ese es el lugar apropiado por el éxito que tiene.
Por otro lado, los artesanos le dicen no al traslado porque, aseguran, estar donde están es una suerte de derecho adquirido porque ellos mismos se hacen cargo de todos los gastos de mantenimiento, electricidad, limpieza y seguridad de la feria.
Llevarse de allí el paseo artesanal no es un proyecto reciente, sino que tiene poco más de un año en danza, desde que asumió el intendente Lima. Primero se hablaba de mudarlo al ex estacionamiento del Centro Cultural San Martín, en Mitre y España. Luego surgió lo del Monumento al Deporte. Entre tanto, los artesanos primero plantearon el rechazo en la Banca del Vecino, y después se movilizaron en contra de un eventual traslado, recaudando firmas entre los visitantes para pedir que, por ley, se los deje donde están. Según Bracco, ya lograron reunir unas 30.000 firmas y hace poco más de una semana presentaron el proyecto, con esos avales, en la Legislatura Provincial.
