Nacido en 1942, Muamar Kadafi ingresó a la academia militar universitaria de Bengazi en 1965, y fue enviado a la academia real militar de Sandhurst, en el Reino Unido, en 1966. En septiembre de 1969 el entonces capitán Kadafi dio un golpe de estado incruento que derrocó al anglófilo rey Idris y estableció la República Árabe Libia. Se convirtió en cabeza del Consejo del Comando Revolucionario y comandante en jefe de las Fuerzas Armadas.
En 1977, tras establecer acuerdos entre clanes tribales con que sustituyeron los partidos políticos, se convirtió en “líder revolucionario de Libia”, abandonó todo cargo administrativo en 1979 y retuvo solamente este título.
Expulsó las bases militares extranjeras y nacionalizó el petróleo, hasta entonces en manos angloestadounidenses. Ofrecía educación gratuita, salud gratuita, transporte y vivienda subsidiadas, todo lo cual pudo hacerse con los grandes ingresos petroleros.
Ciudades como Trípoli (capital libia) empezaron a florecer con nuevos edificios y hoteles, convirtiéndose en destino de turistas y hombres de negocios de todo el mundo. Pero estos esfuerzos no lograron acelerar y diversificar en forma generalizada el crecimiento del país norafricano.
Para mantener su dominio Kadafi quebró los sindicatos independientes, organizaciones civiles y partidos políticos. Reemplazó el Estado con una serie de alianzas tribales. Esta política le fue devorando cada vez más recursos, por el costo de mantener lealtades.
Con la generalización de la miseria, las concentraciones iniciales de Bengazi en febrero de 2011 se contagiaron del clima propiciado por los recientes alzamientos tunecino y egipcio, y se propagaron inmediatamente a muchas ciudades clave, incluida Trípoli.
La situación no parecía desesperante. Kadafi había sobrevivido a muchas guerras con países como Chad y Uganda en la década del ‘80, así como a varios intentos de asesinato. Al mismo tiempo mantuvo una política exterior desafiante, y las grandes potencias de Occidente lo sindicaron, junto a su país, como terrorista internacional, especialmente tras el atentado aéreo de Lockerbie, en Escocia, que costó 270 vidas.
Ante la inusual determinación de los manifestantes de 2011, lanzó ataques mortales, empujando al país al borde de la guerra civil. A partir del 19 de marzo los gobiernos de Francia, el Reino Unido y EEUU empezaron a apoyar a los rebeldes y el 31 de mayo la OTAN tomó el comando. Kadafi terminó sitiado en su capital y su régimen empezó a derrumbarse en menos de dos días.
