Si algo hay en común entre la tragedia del Titanic y la del crucero Costa Concordia ocurrida en enero pasado es que en ambos casos hay un capitán fuertemente cuestionado.
Según testimonios de supervivientes publicados por el sitio español www.lainformacion.com, Edward John Smith, máximo responsable de la navegación del Titanic, cenaba tranquilamente cuando un iceberg provocó una enorme vía de agua en el casco del barco. Algo similar a lo ocurrido con Francesco Schettino, presunto responsable del accidente del crucero Costa Concordia que se hundió el pasado 13 de enero en aguas italianas, después de golpear contra las rocas. Al menos 30 personas murieron por aquella tragedia, mientras sobrevuelan acusaciones de que Schettino estaba cenando y bebiendo con una chica en el momento del impacto fatal.
Una vez que terminó de cenar, el capitán Smith regresó al puente de mando del Titanic para acompañar a sus oficiales. Ellos eran los verdaderos responsables operativos del navío mientras Smith se codeaba con ricos y famosos pasajeros que habían embarcado en el viaje.
Al igual que sucedió con Schettino, la mayor crítica hacia el experimentado capitán del Titanic radica en lo mucho que tardó en evaluar la grave situación después de que colisionara la nave. Pero ese no fue su primer error.
Otro barco, el SS Californian, navegaba vacío en ruta hacia Boston unas millas por delante del Titanic cuando entró en una zona con grandes témpanos y bancos de hielo. Cyril Evans, radioperador del Californian, envió numerosos mensajes de advertencia a los buques cercanos y en especial al capitaneado por Smith, del que se dice que ignoró hasta siete avisos de iceberg.
No sólo eso sino que Smith decidió mantener la velocidad a pesar del peligro confiando en la leyenda que decía que el barco era “indestructible”. A las 23.40 horas se dio cuenta de su error e inició, según los historiadores, maniobras negligentes que provocaron la tragedia.
Aunque históricamente se le ha retratado como un héroe que se hundió con su barco, “Smith es el único responsable de todo lo que sucedió”, ha afirmado tajante Paul Louden-Brown, miembro de la Sociedad Histórica del Titanic y asesor de James Cameron durante el rodaje de la película sobre el hundimiento que ganó 11 Oscars en 1998, en una entrevista con la cadena de televisión británica BBC.
Según Louden-Brown, ante la cercanía del Californian, el capitán Smith sugirió que los botes salvavidas se dirigieran al barco de apoyo y dejaran sus pasajeros y volvieran a buscar más. “Él sabía cuántas personas viajaban en el barco y cuántas plazas tenía cada bote, y aún así les permitió partir medio vacíos”, afirma.
La primera embarcación de rescate que abandonó el barco había ocupado sólo 27 de sus 65 plazas. Algo similar sucedió con los otros 19 botes salvavidas, que zarparon medio vacíos y jamás regresaron a buscar más supervivientes.
Al contrario de lo que se ha retratado en el cine, y de manera similar a lo que sucedió con Schettino, el capitán Smith nunca dio la orden de abandonar el barco, lo que implica que muchos pasajeros ni siquiera se dieron cuenta de que el Titanic se hundía. Al menos eso es lo que sostiene John Graves, el especialista en historia marítima del Museo Real de Greenwich.
Graves mantiene que no había plan de evacuación y que Smith, al igual que Schettino, “desapareció en el aire” en los momentos más delicados del rescate.
