Qué maravilloso es recordar con nuestros mayores otras épocas aquí en San Juan. En décadas pasadas, hasta la llegada de los 80, el cine en San Juan era tan común en los distintos departamentos de la provincia, incluso en barrios de la capital, ya sea en Desamparados, Trinidad, Concepción. Estaban los cines techados como aquellos que al aire libre se disfrutaba más del aire nocturno de los veranos.
En algunos barrios todavía quedan algunos vestigios de lo que fueron estos lugares de esparcimiento cultural y a los cuales iba toda la familia. Otros guardan dentro de sus edificaciones a comercios de distintos rubros, como ferreterías, salones de fiestas, supermercados, etc.
Recuerdo que en Rawson, en las décadas de 1960 en adelante era muy renombrado el cine "Babilonia" y el "Luxor", mientras que en Concepción, el cine "Opera", se distinguía porque su techo era corredizo, entonces, cuando hacía mucho calor en verano, se abría y era maravilloso ver las estrellas mientras se disfrutaba de dos películas, como eran los programas de antes. También estaba el cine "Chimborazo", que era al aire libre y donde el publico asistía en multitudes, más aún si se trataba de una película de vaqueros de John Wayne o de ídolos de la canción como Palito Ortega, Sandro, Leo Dan, entre otros.
En Desamparados habían varios cines. Entre los más destacados eran el "Splendid", ubicado en San Miguel casi Libertador y el "Costa Azul", justo en la esquina de Paula Albarracín de Sarmiento y Coll. El primero de ellos era pequeño, pero el segundo era grande. No sé cuántas localidades tenía, pero sus pisos alfombrados y su escalera conducía a los espectadores hasta una planta alta donde se veía maravillosamente. Todo al mismo precio.
Qué maravilloso era llegar a las puertas de cada cine y ver las carteleras de las películas que estaban proyectando y las que iban a proyectar en las próximas semanas.
Cada cine tenía su ingreso, su hall, donde vendían las entradas y su kiosco. Si había algo que distinguía los cines de antaño era su elegancia, sus pisos alfombrados y sus pesadas cortinas, además, claro, de las pantallas gigantes.
Entre los cines barriales de Desamparados estaba el "España", que era al aire libre ahí en el barrio Ferroviario, también llamado "Barrio de La Puñalada". Era el centro cultural por excelencia donde de miércoles a domingo se exhibían las películas que se estrenaban en los principales cines del centro de la ciudad.
Por lo general, en los cines barriales, al aire libre, muchas veces la familia llevaba el bolso con comida, quizás unos sánguches de milanesa, un "vinito" y el poder disfrutar la película en esas sillas de madera y totora. El público era muy respetuoso. Desde los mayores hasta los niños. Había mucha educación y cultura de los valores. Jamás se informaba sobre incidentes.
En el centro de la ciudad Capital habían varios, por ejemplo el cine "Estornell", que en la actualidad es el Cine Teatro Municipal; también el "Gran Rex", en calle Mendoza casi Santa Fe, justo frente a DIARIO DE CUYO.
El cine "Renacimiento" era uno de los más grandes de la ciudad. Estaba ubicado, también, como el Estornell, frente a la Plaza 25 de Mayo, en la actualidad funciona una iglesia.
También estaba el cine "San Juan", por calle General Acha entre Rivadavia y Laprida.
Tantos recuerdos en una charla con aquellos mayores que añoraban esos momentos, porque esos lugares tenían la bendición de la comunidad. Eran auténticos centros de cultura y la salida obligada de la familia, de los novios, de amigos. Ese lugar que motivaba a invitar a una chica con la cual había interés de "ponerse de novio". Cuántas historias románticas se tejieron en esas décadas, desde los 50 hasta los 80. En esos años, era como un ritual ir al cine, mirar las carteleras y conocer a los actores, nacionales y extranjeros de renombre. Ir al cine significaba vestirse "bien", de sport, pero bien, tanto niños como adultos. Era algo maravilloso sentir en la sala el aroma a maní con chocolate o turrón, como parte de las golosinas para entretenerse.
Esas épocas pasaron y son los grandes centros comerciales los que concentran los cines. Pero, aquellos que añoran esas épocas, pueden tener la esperanza de que esto sea una cuestión cíclica y en algún momento pueda volver a instalarse el cine barrial. Pero la añoranza por el cine queda, como lo mostró esa gran película "Cinema Paradiso".
