El Conde Andreas Kirillovich Razumovsky, embajador del Zar en Viena, mecenas de la música y él mismo competente violinista, ha dejado su nombre a 3 cuartetos que escribió Beethoven en 1806. El 3º en Do Mayor comienza con un ‘Andante con Motto’ que como homenaje a Mozart alude a su cuarteto llamado ‘Disonante’ (K.465), pero se transforma en un ‘Allegro Vivace’. En los primeros dos cuartetos Beethoven había incluido ‘Temas Rusos’ para Razumovsky; en este ‘Andante con Motto’ no parece hacerlo aunque quizá desde el pizzicato tan particular a cargo del chelo y su melancólico tema haya un intento de algo eslavo. El ‘Menuetto Grazioso’ es, en lugar de un tormentoso Scherzo, un tema muy suave.

El ‘Trío’ pareciera querer ser más ‘enérgico’ pero se apaga otra vez en pizzicato del chelo dejándonos con ‘ansia’ de más movimiento y eso se da en el ‘Allegro Molto’ final que es una Fuga, o sea un tema que es imitado en otras voces. La fuga se hace más veloz. Es una explosión de energía solar iniciada por el 2¦ Violín y seguida por viola, chelo y 1¦ violín. Toda la obra especialmente el movimiento final necesita de intérpretes virtuosos, como el Cuarteto Gianneo, distinguido más de una vez como ‘el mejor conjunto de cámara’. Toman su nombre del Maestro Luis Gianneo (1897-1968), Por alguna extraña razón la letra ‘G’ inicia los apellidos de muchos importantes compositores argentinos: Ginastera, Guastavino, Gaito, Golijov, Gandini, Gilardi…

El sevillano Joaquín Turina (1882-1949) creció en familia de artistas. Se trasladó a París, discípulo de Vincent D’Indy. Así como Nadia Boulanger y Milhaud aconsejaron a Piazzolla que lo ‘suyo’ era el tango, de semejante manera Albéniz y de Falla le recomendaron liberarse de lo ‘francés’ y concentrarse en lo español y andaluz. La ‘Oración del Torero’ fue escrita para un cuarteto de laúdes y en 1925 la adaptó para cuerdas. Hijo de pintor de cuadros, Turina describe esta obra casi como quien mira una pintura: ‘Ví así mi obra una capilla donde venían a rezar los toreros un momento antes de enfrentarse con la muerte… se me ofreció aquel contraste de la algarabía lejana de la plaza… con la unción de los que ante el altar venían a rogar a Dios por su vida’. Con un inicio apenas audible de los violines parece música francesa con influencia española (¿acaso el más famoso ‘Toreador’ no es un aria del francés Bizet?). Y franceses como Ravel, Chausson o Debussy amaban lo ‘español’. Curiosa simbiosis ya que en lo político y cultural había rivalidad y hasta dureza entre España y Francia, ¡mientras que la música los acercaba! Pero ya enseguida lo francés se vuelve bien español.

Las cuerdas intentan imitar el rasguido de la guitarra y las ‘bravatas’ del toreador frente a su público se van apaciguando y transformando en una humilde súplica a medida que se va acercando a la capillita. En 1989 A. Piazzolla (1921-1992) escribió esta ‘Suite’ para ‘su’ instrumento: bandoneón y cuarteto de cuerdas y fue conocida como: ‘A farewell to life’ (un adiós a la vida). Ya enfermo voló a Nueva York para su estreno y falleció en julio del ’92. Comienza con ‘Asleep’ (‘dormido’). En 1957 Leonard Bernstein estrenó su musical ‘West Side Store’. Una canción que parecía difícil de cantar era ‘María’. Piazzolla manifestaba entonces una obsesión con lograr una versión porteña de West Side Story, y yo creo reconocer en esta pieza inicial el repetitivo inicio en tres notas de la melodía de la ‘María’ de Bernstein.

Si así fuera, el ‘Loving’ (‘Amando’) es una continuación de ese amor difícil, pero ya no más ‘dormido’ y con final tembloroso. ‘Anxiety’ y luego ‘Despertar’, a cargo de un solo de bandoneón al que luego acompaña muy suavemente el primer violín, siguen los otros y tras el lento despertar termina otra vez solo el bandoneón. ‘Fear’ de nuevo comienza el bandoneón con un ritmo más ‘piazzollísticamente’ reconocible. Casualmente, como en el Cuarteto de Beethoven, es una Fuga, pero llena de melodías de tres notas. Así como la fuga beethoveniana inundaba de luz y alegría a todo el cuarteto, esta fuga es -como indica el título de estos ‘Sensation Tango’- un ‘adiós a la vida’ de Astor y quizá por eso nos parece reconocer tantos de sus temas en ella. Tres rápidas notas finales.

El maravilloso bandoneonista. Mederos nos regaló como ‘bis’ una pieza titulada ‘Cenizas’ que me pareció sencillamente bellísima. Es verdad que según sus palabras, ésta fue una ‘Fiesta’. Pero también el Cuarteto, ¡tres porteños y un sanjuanino!, nos ‘bisearon’ un gato de Emilio Napolitano y Muerte del Ángel de Piazzolla. Y algo sumamente destacable: Sebastián Masci (2º Violín) tuvo la delicadeza de introducir explicativamente las obras. ¡Bravo!